A la caza del votante no cautivo.- La introducción del sistema de Primarias Abiertas, Obligatorias y
Simultáneas (PASO) y las
sucesivas elecciones de candidatos que se han realizado con este mecanismo, han
abrogado el sistema constitucional de doble vuelta o ballotage establecido
por la Constitución Nacional para la elección
de Presidente y Vice de la Nación, convirtiéndolo en un sistema de triple envío.-
En
efecto, en la elección del domingo pasado, como en las anteriores, pudo verse
que la competencia electoral, que en realidad está configurada para elegir
candidatos dentro de cada agrupación política(lo que antes denominábamos
internas partidarias), tiene un tratamiento
periodístico de elección general, y la
ciudadanía también vota con las expectativas que van en el mismo sentido.-
De
más está decir que las encuestas le confieren un lugar secundario a los datos de la competencia interna, el verdadero interés está volcado a medir la
intención de voto de los precandidatos de cada espacio partidario con más
posibilidades (Macri, Massa) o único (Scioli), o la suma de los precandidatos
de una misma coalición.-
En
las PASO, de tal manera, los resultados
juegan como una primera vuelta general, y eliminan a los partidos o
coaliciones políticas que no alcancen el 1,5% de los votos válidos emitidos en
el distrito.-
Hecha
esa eliminación
anticipada, la primer elección general de Presidente y Vice pasa a
configurarse como una segunda vuelta, porque psicológica y fácticamente los resultados de las PASO inciden en las estrategias y en los juegos políticos
de candidatos y partidos.- También los ciudadanos analizan sus propias
posturas en función de esos resultados, para optar por realizar un voto sincero (candidato de su
preferencia) o, por el contrario, un voto
estratégico (candidato con más posibilidades de ganarle al adversario no
querido).-
De
tal modo, el eventual ballotage entre los dos candidatos más
votados, que se configura para el caso que nadie obtenga más del 45% de los votos o 40% con una diferencia de 10% sobre el
segundo (según la Constitución), vendría a comportarse como una tercera
elección general.-
E.E.U.U. es el pionero en esta materia.-
Haciendo un cómputo sobre los sistemas de elecciones primarias en el país del
norte, hay un total de 47 estados con primarias partidistas, de todas ellas hay
18 estados con primarias cerradas, 18 estados con primarias abiertas, 7 estados
con primarias semicerradas, y, por último, 4 estados con unas primarias mixtas.
Los 4 estados restantes (hasta completar 51) tienen un sistema no partidista.-
Tengo
para mí, que los dos principales
candidatos finalmente electos en las primarias argentinas para representar
a su espacio político, siguieron una estrategia
similar de campaña, destinada prioritariamente a consolidar su frente interno y conocer los números de su fuerza propia, y que tomarán un rumbo distinto para
la primera elección general de octubre.-
Para
el proceso electoral que culminó el domingo pasado, Scioli fue “kirchnerista de paladar negro”, camporista de la mejor
estirpe juvenil, con ello supo aglutinar
sus votos “duros”, aquéllos que constituyen su piso electoral: 38%, que no
es poca cosa.-
Igualmente,
sabiéndose ganador en la interna, Macri
jugó a una estrategia del “PRO puro”, incontaminado, para luego constatar
que así obtuvo un 25%, o un 30% sumando su espacio, lo que también es un piso
importante.-
Massa, por último, viendo como se le
escurrían las intenciones de voto como agua entre los dedos, apostó fuerte a las posiciones o promesas
más radicalizadas, lo que le valió un tercer puesto cómodo y difícil de
remontar en la general.-
De
tal manera, las PASO poco sirvieron
para definir las internas, sino principalmente cómo banco de pruebas para conocer los votos propios y a su vez afinar la
estrategia para conquistar voluntades no cautivas en la elección general.-
Para octubre (constitucionalmente, la
primera vuelta electoral para la elección de Presidente y Vice), Scioli deberá mostrarse menos kirchnerista
y más sciolista y Macri menos proista y más aliancista.-
El
motonauta, sabiéndose con un piso alto y un techo limitado (por imperio de las
pasiones encontradas que genera el kirchnerismo), deberá desplegar toda la
estrategia propia de su personalidad para seducir a los que no lo votaron en
las Paso.- Es decir, el contenido de su discurso
político de campaña deberá tener mucho más de Scioli y mucho menos de Cristina.-
Por
su parte, a Macri le espera menuda tarea.- No sólo deberá conquistar votos no
propios, sino además evitar que se le escurran los sufragantes de Sanz y de
Carrió.- Para ello, deberá abandonar la estrategia dura del ecuatoriano, para
mostrarse cómo un candidato menos
conservador y con mayor calor popular.-
Nadie
casi duda que Scioli tiene más
posibilidades en la primera vuelta de octubre, y que la cosa se le
complicará en un eventual ballotage.- Si bien con un piso alto,
fundamentalmente constituido por el voto alimentario, encontrará más
dificultades en obtener apoyo electoral en los sectores que ya no lo votaron en
las PASO, no por él, sino por los que no quieren más kirchnerismo.-
Macri deberá dar dura batalla para
llegar al ballotage, en el cual se le acrecientan geométricamente las
posibilidades de ser Presidente en función del voto anti, que rechaza el modelo.- Pero, deberá pensar muy bien su
discurso, para captar el voto peronista de Massa y el del progresismo que no
comulga con el gobierno.-
Ha
dicho el consultor político uruguayo Daniel
Eskibel, que “el discurso político
pasea al oyente o bien por un lago o bien por una montaña rusa”.- Temo que,
tanto el ex Presidente de Boca cómo el ex motonauta, tienen en común un
discurso plano, casi monocorde, con pocas variaciones de intensidad, que no
provocan en el público adhesiones entusiastas o rechazos contundentes.- ¿Será que para octubre el bucólico paseo
por el lago deberán cambiarlo por el más emocionante de la montaña rusa?
De
cualquier modo, no deberán olvidar que las elecciones se ganan y se
pierden dentro del cerebro del votante, y que a la hora de votar, las
predilecciones políticas no son producto exclusivo de procesos racionales y
lógicos, sino vinculados a desarrollos inconscientes, conocido como “sesgos confirmatorios”, que tienen una
relación directa con las emociones y no con la razón.-
Aun
así, es posible que resulte más dificultoso predecir el comportamiento del
electorado en octubre, porque presupuestados los votos “duros” de los
candidatos, los otros representan múltiples
variables que pueden canalizar por distintas vías emocionales y
racionales.-
Creo
que, en definitiva, lo que terminará definiendo las presidenciales, es la mayor o menor incidencia del “anti” en
el cerebro del votante no cautivo.-
Jorge Eduardo Simonetti
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