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martes, 4 de agosto de 2015

EL CEREBRO ELECTORAL

Nuestro voto es consciente?.- El prestigioso psicólogo y consultor político uruguayo Daniel Eskibel, autor del libro “Maquiavelo&Freud”, nos dice que “las elecciones se ganan y se pierden dentro del cerebro del votante, pero ni los políticos ni los consultores ni los publicistas se especializan en conocer cómo funciona ese cerebro y qué hay que hacer para activarlo en la dirección de nuestro candidato”.-
                                 En una sociedad consumista e hipercomunicada como la de nuestros tiempos, hay que preguntarse qué incidencia tiene la publicidad explícita o larvada en nuestros comportamientos y en qué medida el mensaje publicitario nos induce a tomar decisiones distintas a lo que la racionalidad nos indica.- No hace falta mucho análisis para concluir que una gran parte de las acciones que tomamos o de los artículos que consumimos, están impuestos por la publicidad, especialmente a través de aquellas técnicas que se ocupan de ingresar al interior del potencial consumidor por el lado del inconsciente.-
                                 El cerebro del ser humano es un órgano complejo.- Los especialistas nos hablan de tres cerebros en uno, como las matrioskas: en el primer cerebro, el más evolucionado, está la inteligencia, la imaginación la creatividad y la vida psicológica más sutil de la persona; el segundo, similar al de los mamíferos, es la base de las emociones, los sentimientos, los impulsos, y  tiene su propia lógica de funcionamiento: el tercer cerebro, por último,  el más primitivo, asimilado al de un reptil, es el fundamento de las jerarquías, la violencia, el dominio territorial.-

                                 Este dato no ha pasado inadvertido para los que diseñan las campañas electorales, lo cual ha hecho que una moderna estrategia de campaña no apunte ya a conquistar el cerebro racional del ser humano sino su lado inconsciente.-
                                 En los años ochenta, las neurociencias comprobaron que el voto no era producto de una decisión racional, fría, calculada, sino que tenía más que ver con un mecanismo heurístico de la mente humana, es decir con un procedimiento de selección basado en la experiencia: cada quien actúa como le ha ido en la feria.-
                                 Estudios realizados en diversos ámbitos, especialmente en la Universidad de Emory, han indicado que las predilecciones políticas no son producto de procesos racionales y lógicos, sino vinculados a desarrollos inconscientes, conocido como “sesgos confirmatorios”, que tienen una relación directa con las emociones y no con la razón.- La mente humana busca y encuentra evidencia que apoya su creencia, o reinterpreta aquello que no es congruente con el propio sesgo.-
            La neuróloga y psiquiatra Marlene Oscar Berman cree que aunque los seres humanos sean conscientes de su propia libertad y pensamiento, no deben subestimar del todo la relación entre su comportamiento social o político con la biología de su cuerpo.- En esa línea de pensamiento, investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston, expresaron que los políticos y medios suelen preocuparse por las cifras de las encuestas, pero que nuevos estudios demuestra que un análisis genético de la población sería más certero para predecir las tendencias electorales.-
            Cuesta imaginar, estimado lector, que nuestro comportamiento en las urnas tenga más que ver con nuestro lado inconsciente y no tanto con nuestro análisis racional.- Es cómo admitir que nuestra decisión electoral es fácilmente manipulable a partir de las técnicas de propaganda que influencian sobre nuestro costado emocional.-  Lo cierto es que las técnicas del marketing comercial, que sin dudas influencian nuestro comportamiento consumidor, se han trasladado al campo de la estrategia electoral y que habrá que estar prevenidos de ello.- Según algunos, estamos entrando en una época en que no sólo hablaremos de neuromarketing sino de neuropolítica y neuroeconomía.-
            Según Eskibel, hay muchos partidos que, con una escasez franciscana en conceptos y estrategia,  actúan en la campaña electoral cómo si el votante no tuviera cerebro.- Otros, la mayoría, todavía instrumentan las suyas cómo si el ser humano tuviera un solo cerebro, el racional, haciendo publicidad argumentativa, lógica, racional y olvidando que primero está la emoción y luego la reflexión, por lo que hay que considerar los tres cerebros que conviven en cada persona.-
            Una conclusión lógica nos parecería indicar que el proceso a través del cual nos formamos una opinión o realizamos una selección, supone una colaboración entre las áreas cerebrales de la emoción con las del pensamiento, ambas se retroalimentan.- Los pensamientos provocan sentimientos, a su vez la intensidad de éstos determinan la valoración de aquéllos.- Así,  las emociones hostiles que nos conectan con un candidato que no apoyamos, nos induce a imágenes e ideas negativas del mismo, y viceversa.-
            Lo más importante en esta cuestión es advertir que el votante no es el dueño infalible y absoluto de su voto, que existen técnicas para ganar voluntades electorales a través de instrumentos que tienen que ver con el lado no consciente del ser humano, y que si nos mostramos absolutamente ignorantes de ello, agrandaremos las áreas  manipulables de nuestro cerebro en desmedro de aquéllas que tienen que ver con la voluntad racional.-
            Así como debemos luchar todos los días para que la propaganda consumista no nos genere necesidades artificiales que nos lleven a comprar cosas que no necesitamos, también debemos tener presente que nuestras decisiones electorales pueden llegar a estar condicionadas por un mensaje electoral hábilmente elaborado  para influenciar nuestro lado inconsciente y producir una decisión puramente emocional.-
            El especialista Daniel Eskibel ha dicho que “las elecciones se ganan y se pierden dentro del cerebro del votante”, razón de más para seguir su consejo y echar mano al único antídoto que recomienda para la ocasión: el conocimiento, que es la mejor vacuna contra la manipulación.-
            Cómo en todas las facetas de nuestra vida, sólo la educación, el conocimiento, el estudio, la preparación, nos hace librestambién a la hora de votar.-
                                                     Jorge Eduardo Simonetti







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