Vistas de página en total

domingo, 18 de noviembre de 2018

CON LA CAJA, EL LÁTIGO O LA PATOTA


EL SÍNDROME PERONISTA
 “El peronismo es una tesis sin antítesis, nadie quiere ser la antítesis del peronismo. Opción superadora sí, antítesis jamás. Es incómodo. Te dicen cipayo en Twitter y gorila en Facebook”
FERNANDO IGLESIAS
                               El tratamiento del presupuesto 2019, el del ajuste, el impuestazo y el déficit cero, termina de aprobarse.
                               En el Congreso se vio patente la caricatura de la política argentina. El gobierno, a falta de votos propios, debió negociar, y cuando de negociar se trata, del otro lado del mostrador siempre se encuentra el peronismo.
                               Un peronismo condescendiente como el de Urtubey, o negociador como el de Pichetto, o más duro como el de otros gobernadores e intendentes federales, o un lumpen peronismo intransigente como el kirchnerismo (en rigor, un estadío superior de populismo peronista).
                               De tal modo, con la mecánica negociadora del “policía bueno y del policía malo”, de uno u otro modo, le fueron sacando al gobierno decisiones en favor de las provincias que gobiernan, fondos muchos de ellos que están fuera de la ley en discusión, y que seguramente deberán ser pagados por caja aparte con los famosos ATN.
                               En materia legislativa, en tiempos cristinistas la lógica fue la de la obediencia, había que estar aplaudiendo en la primera fila de sus insufribles cadenas para recibir las mieles en pesos o en obras, y levantar las dos manos a la hora de votar. Los que no, látigo y desierto.
                               En la época macrista, por razones de número pero también de comportamientos instintivos, los gobernadores peronistas saben sacarle rédito a los votos de sus senadores y diputados, hasta extremos “cambalacheros”, y mientras ellos obtienen sus ventajas presupuestarias, en la calle la patota no dejaba de romper todo, para que el neoliberal Macri sepa a que atenerse, por las dudas, vio?

domingo, 11 de noviembre de 2018

LOS INTELECTUALES DEBEN RECUPERAR SU PRESTIGIO SOCIAL


EL PENSAMIENTO EN RETROCESO
 “Todos los hombres son intelectuales, pero no todos los hombres tienen en la sociedad la función de intelectuales”
Antonio Gramsci
                               El lugar que ocupan los intelectuales en una sociedad, especialmente el papel que ejercen en la misma, es un tema debatido.
                                No es necesario ser partidario del pensamiento del italiano Antonio Gramsci, un intérprete marxista creador del concepto de “hegemonía”, para coincidir con su concepto. Los pueblos necesitan, para escapar de su propia mediocridad, que sus intelectuales cumplan con su función social.
                               La noción común de “intelectuales” se acerca a la de vanguardia cultural de una comunidad, es decir aquéllos que, a través de la palabra hablada o escrita, ejercitan una suerte de guía o avanzada de las corrientes culturales comunitarias.
                                Científicos, escritores, filósofos, periodistas, académicos, sociólogos, politólogos, artistas y una larga lista de profesiones y actividades,  diariamente difunden  sus concepciones y van dirigiendo al conjunto social las líneas trazadoras de su pensamiento, ejercitando una suerte de paternidad crítica acerca de los temas que ocupan y preocupan al ser individual y social, el hombre y la mujer.- Son, o deberían serlo, los autores de una especie de manual de la vida, en función de su posición de intelectuales de la misma.-
El impasse intelectual que está sufriendo el país en estos tiempos, está principalmente afectando al gobierno de Cambiemos, que parece moverse en una cerrazón de pensamiento sólo interrumpida de la peor manera por su gurú electoral: Durán Barba, el mismo que elogió a Hitler años atrás
                               Así dicho, pareciera que las cosas son extremadamente sencillas, pero no lo son.- Cuando de ideas se trata, el pensamiento y la elaboración individual de las propias concepciones, no están sometidos a una relación de subordinación, ellas simplemente constituyen “ríos de lava” que se canalizan de diferentes maneras y por variados senderos, pocas veces sometidos a normas preconcebidas.- De allí que, si el elemento constitutivo esencial del pensamiento es la libertad, ésta te conduce adónde cada uno quiera o pueda llegar.-

domingo, 4 de noviembre de 2018

¿UN BOLSONARO EN NUESTRO FUTURO?


ELECCIONES 2019
 “No sé si es cansancio, madurez o resignación, pero hay cosas que ya no quiero discutir más”
Jorge Schuber
                               El pueblo argentino tiene muchas razones para el hartazgo. Tantas, que no es raro que busque transitar caminos no convencionales para encontrar, como el agua, su salida.
                               Brasil, el gigante sudamericano, tiene con nuestro país cosas en común, pero también diferencias importantes.
                               Con una economía mucho más grande que la Argentina, su capacidad de influir en el mundo globalizado también es mayor, aunque en el Mercosur sea nuestro socio y coparticipemos de la posibilidad de negociar comercialmente con la mejor capacidad de un bloque.
                               Con diferencias sociales más marcadas, Brasil no tiene una historia de guerras en sus luchas independentistas, como sí la tuvimos nosotros. Tampoco su pueblo tiene afección por la violencia política, por lo menos no de manera tan persistente como en la Argentina.
                               Pero, por coincidencia o no, los hermanos de la “verdeamarelha” se encontraron en 2018 en la misma posición que los argentinos a comienzos del siglo XXI: hartos de la clase política.
                               La corrupción del gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), que involucró a todo el arco político sostenido por la sustracción del dinero público (el mensalao, el lava jato), generó en el pueblo brasileño un hartazgo que lo condujo, en las elecciones del domingo pasado, a votar mayoritariamente por la opción “antisistema”.
                               Jair Messias Bolsonaro, de él estamos hablando, es un político ultraderechista que caminaba por el borde del sistema democrático de Brasil, sus ideas generaban espanto o indiferencia, en marzo de este año ni siquiera tenía fuerza política que sostuviera sus aspiraciones presidenciales. Hoy es el presidente electo de Brasil.