VALDEZ, GOBERNADOR ELECTO
“Cada uno habla de la
feria según le va en ella”
La Celestina, IV 166
Nunca
me gustó hacer pronósticos electorales,
tienen mucho de aleatorio y algo de interés consciente o inconsciente.- La política
es bastante azarosa, dónde no siempre dos más dos es cuatro.-
Si
ello es así, tanto igual puede resultar el análisis con el diario del lunes, una
necesaria simplificación de actos plurales
a veces indescifrables.-
Es
que el cerebro del votante es
absolutamente complejo, emociones y razones en distinta proporción.- En el
platillo de la balanza electoral, se incluyen elementos de diversa especie,
psicológicos, materiales, espirituales, emocionales, que a su vez tienen
distinto peso relativo cada uno conforme sea la personalidad del votante.-
Siempre
me sentí tentado a afirmar que “no hay electorado, hay electores”,
teniendo en cuenta las diferencias de personalidad entre los individuos y los
distintos “sesgos confirmatorios” de
cada uno, es decir esa tendencia psicológica a tener sólo como verdad aquello
que coincida con nuestro pensamiento interior.- Una entidad abstracta no
tendría, en consecuencia, una personalidad.-
Sin
embargo, esa afirmación no es del todo correcta, porque la psicología política
ha determinado, científicamente, que es posible analizar la personalidad de un
conjunto, de una sociedad en un territorio determinado, es decir que puede
extraerse la “personalidad diferencial” de un electorado ubicado en tiempo y
lugar, con metodología científica.-
Tengo
para mí que, a través de la mera
observación, es posible establecer los rasgos de personalidad de un
conjunto social, que la ciencia determina con reglas técnicas.-
Nuestra
experiencia nos lleva a poder hablar, en plural, de las características de
personalidad de “los correntinos”, y diferenciarlas, por ejemplo, de la de “los
porteños”.-
La
polarización de los comicios, con una tercera fuerza que sólo adornó el paisaje
electoral, preanunciaba la probabilidad de un ganador en primera vuelta
Los
correntinos somos orgullosos, introvertidos, directos, amables, tradicionalistas,
poco afectos a los cambios bruscos, aferrados a lo nuestro (que comprende
también nuestras simpatías políticas), difíciles de arrear a pesar de planes,
clientelismos varios y promesas de todos los colores.- Los porteños, en cambio,
son abiertos, extrovertidos, cambiantes, atentos a las nuevas tendencias.-
Esa
personalidad del correntino, ha producido desde los tiempos de Ferré, esa
rebeldía contra el centralismo.- En los últimos
cuarenta años, el electorado
provincial ha votado de manera diferente al del país en su conjunto,
consagrando gobiernos de distinto color político que su similar nacional.-
Desde
los tiempos de don Julio Romero (1973/76) en que el peronismo gobernó Nación y
Provincia, los signos políticos fueron diferentes.- Durante la presidencia del
radical Raúl Alfonsin, el Pacto
Autonomista Liberal gobernó la Provincia.- En tiempos del peronista Carlos Menem, fue primero el Pacto y
luego el Panu los que ocuparon el sillón de Ferré.- Lo propio aconteció en los
tres primeros lustros del siglo, con el perokirchnerismo
en la Nación y el radicalismo en la Provincia.-
El alineamiento de los planetas (Nación,
Provincia, Municipio) se presentó como la frutilla del postre
Con
el voto de ayer, cambia la disyunción y se produce, finalmente, el alineamiento de planetas, de manera
tripartita.- Las coalición oficialista ha ganado en los tres niveles del
estado: Nación, Provincia y Municipio de la Capital.- ¿Cambió el electorado
correntino? No, siguió votando igual, el que cambió fue el voto nacional, con
Macri desplazando a Cristina.-
El
título de este artículo tiene que ver con los argumentos conscientes e inconscientes
que el correntino tuvo para votar de la manera en que lo hizo, esa lógica propia
que tiene estrecha relación con el proverbio de que “cada uno habla de la feria según
le va en ella”.-
Cuál
fue el núcleo de estos comicios, el debate principal, la disyuntiva fundante,
los platillos de la balanza que el voto correntino debía inclinar para un lado
o para el otro: continuismo o
alternancia.-
Los
que pensaban en otorgarle un período más
a quienes gobiernan desde hace casi dieciséis años, lo que finalmente sucedió,
votaron en consonancia con la ubicación geopolítica de nuestra Provincia.-
Corrientes es un estado sub nacional
periférico, altamente dependiente de la coparticipación nacional, con baja
incidencia de la economía privada.- No es una condición que se cambia
fácilmente, es el modelo de país que tenemos, y mutar es escribir de nuevo la
historia, con la intervención de multiplicidad de actores.- Quién ha prometido
en campaña esa transformación del día a la mañana, ha mentido.-
La
ventaja decisiva del oficialismo fue, entonces, una rigurosa administración de los fondos públicos, que permitió el
cumplimiento de salarios y jubilaciones de manera estricta y de las demás
obligaciones del estado provincial.- La seguridad económica es una frazada
demasiado cálida para no sentirse cómoda con ella en tiempos gélidos.-
Los
correntinos no tuvimos gobiernos del mismo signo que en la Nación en los
últimos cuarenta años, lo que indica la personalidad diferencial de nuestro
pueblo
Algunos
pueden calificar al pueblo correntino de nada ambicioso, de conformarse con poco.-
Yo cambiaría el calificativo por el de pueblo
realista, que no cree en los peces de colores de cambios bruscos en el
marco de una Argentina centralista con un federalismo declamativo.-
La
otra razón importante del triunfo de Valdez, a mi juicio, fue el de la continuidad sin continuismo.- Ese
oxímoron significa que, votamos en la Provincia lo mismo, porque la Nación
cambió a favor nuestro.- Cristina nos sometió al desierto impiadoso del
destierro político y de la dieta estricta en obras públicas.- Con Macri, la
cosa lentamente comienza a cambiar.- ¿Para que, entonces, “escupir hacia arriba”?
Es
cierto que con los resultados electorales, la
calidad democrática vuelve a sufrir un rudo golpe por la permanencia de un
gobierno del mismo signo político durante veinte años.- En el mismo sentido, la
división de poderes ya viene herida, especialmente por una Legislatura que en
los últimos tiempos no ha sido protagonista de hechos institucionales de
relevancia, salvo los culturales, ni ha fijado punto trascendente alguno de la
agenda pública provincial.-
Una
crítica: cuarenta boletas para tres fórmulas, exhibe la ineficiente y antigua
legislación electoral correntina, que sólo sirve para que partidos casi
inexistentes garroneen votos producto de la confusión del elector
Camau, déjeme decirlo, no pegó dónde dolía.-
Se limitó a formular promesas dentro del esquema de una campaña chata y poco
imaginativa, y así es muy difícil derrotar a un oficialismo con viento político
a favor.-
Pesó,
además, sobre las espaldas del candidato opositor, su derrota en las elecciones de 2013, en las que bajo el
ala del gobierno nacional de signo kirchnerista, no pudo derrotar a Ricardo
Colombi.- Aunque en política nunca está todo dicho, demasiadas contras se le
presentaron a Camau como para forjar un triunfo.-
Ricardo,
por su parte, tuvo la astucia de “designar” sucesor a una persona joven, con
una imagen sin desgaste, que promete refrescar
un proceso político que, a pesar de sus aciertos, viene con cierto aire enrarecido luego de
tantos años en el poder.- Veremos.-
Como
elemento común a todas las Provincias, especialmente a las periféricas de la
zona norte del país, resulta muy difícil
ganarle a los oficialismos, porque el peso relativo del gobierno en relación
a la población, es marcadamente incidente en lugares de economía privada
limitada.- Obviamente, resulta una regla con sus excepciones incluidas.-
Ciertamente
que en estos comicios el debate no rozó siquiera superficialmente los temas
profundos del interior olvidado.- Quizás no por responsabilidad de los
candidatos y partidos, sino por la dinámica
involutiva de la política argentina, que convierte a las dirigencias
provinciales que recalan en Buenos Aires, en cómodos defensores del “statu
quo”.-
La
continuidad de una administración prolija, la ayuda nacional para obras indispensables y
el mejoramiento de los parámetros democráticos, es lo que esperamos del nuevo
gobierno.- No es poco para estos tiempos
No
hubieron sorpresas, ni habrán grandes cambios, sólo esperar la continuidad de
una administración prolija y la ayuda nacional para obras indispensables.- No
es poco para estos tiempos.-
Jorge Eduardo Simonetti
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