Vistas de página en total

martes, 19 de marzo de 2019

jorgesimonetti.com

QUERIDO LECTOR:
           Recibe en tu mail mis publicaciones,  en dos sencillos pasos:

1. REGISTRANDOTE aqui 👇

https://jorgesimonetti.com/suscribite/

2. Luego de un breve momento, recibirás un mail de confirmación,  entra y dale click donde dice AQUI y registro terminado.

Si quieres entrar a mi nueva página, haz click aqui👇

 https://jorgesimonetti.com

GRACIAS POR TU ATENCIÓN

sábado, 9 de marzo de 2019

¿QUIEN LE CREE AL PRESIDENTE?


UN DISCURSO, DOS PAÍSES
"No que me hayas mentido, que ya no pueda creerte, eso me aterra"
Friederich Nietzsche
                       Uno de los actos más trascendentes de nuestra democracia republicana es, sin dudas, el discurso presidencial de apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso. Importante en las formas y en el fondo.
                               Las formas, aunque simbólicas, funcionan como representativas del sistema democrático. Patéticamente fueron violentadas por el comportamiento energúmeno de legisladores kirchneristas y de la izquierda, que a grito pelado interrumpían una y otra vez al presidente. Fungieron con sus alaridos, apenas como claque desaforada y barrabravas de traje.
                               A los autoritarios genéticos nunca les importaron las formas republicanas, cuando están en el poder simplemente imponen sus visiones, cuando están fuera de él, recurren a la violencia verbal y material y a la histeria descontrolada para violarlas. Está en su naturaleza, no otra cosa podemos esperar.
Las formas democráticas no fueron respetadas.  Los legisladores kirchneristas y de la izquierda, que a grito pelado interrumpían una y otra vez al presidente, fungieron apenas como claque desaforada y barrabravas de traje
                               Pero la importancia del acto del 1° de marzo radica en su aspecto sustantivo, cual es el contenido de la alocución presidencial.
                                No es un discurso más, no es político ni de tribuna. Es, o debería ser, un mensaje institucional, una rendición de cuentas. Especificar los grandes números en las distintas áreas, contrastarlos con años anteriores, explicar detalladamente las dificultades, dar las razones concretas de los logros y de los fracasos, hablar fundadamente de los principales problemas del país, y de las medidas que se están adoptando para superarlos o atenuarlos.

sábado, 2 de marzo de 2019

EL REGRESO DE LOS MUERTOS VIVIENTES


ELECCIONES PRESIDENCIALES
 “Los muertos que vos matáis, gozan de cabal salud…”
Juan Ruiz de Alarcón (1581-1639)
                               La muerte política es, o debería ser, una sanción que la ciudadanía aplica al político que la ha defraudado. Constituiría un baldón más oprobioso que una sentencia judicial, porque los jueces somos todos nosotros, los electores, y no juega aquí la presunción de inocencia, el fallo se pronuncia en las urnas y significa para el político el olvido, el destierro social, la muerte moral.
                               Colombia es el único país que conozco con un procedimiento constitucional que puede culminar con una sentencia jurídica de “muerte política”.
                               Sin embargo, también existe un dicho que “en política nunca nadie muere definitivamente”, y los hechos sucesivamente otorgan patente de veracidad a esta máxima popular. Cuántos casos de políticos que fueron repudiados por la ciudadanía por la comisión de actos indebidos (en especial de corrupción), y aparecen luego “vivitos y coleando”. Y lo peor de todo es que reviven por decisión nuestra, de los ciudadanos, que los volvemos a votar.
                               “El regreso de los muertos vivientes” (1985), es una conocidísima película, en la que los muertos reviven convertidos en “zombis”, criaturas del oscuro mundo infrahumano, que vuelven para vengarse.
Cristina jugará fuerte en las próximas presidenciales, ya sea como candidata o a través de terceros. Ganar el poder representa la única posibilidad de eludir la cárcel. Aun así, nada es seguro, un eventual triunfo sólo le generará una mayor permeabilidad judicial, pero el final seguirá incierto
                               “Cristina vuelve”, debería decir por estos tiempos su marketing, no sabríamos si porque nunca murió políticamente a pesar de sus tres derrotas consecutivas (la última a manos de Esteban Bullrich) o porque fue revivida por su “hechicero”, Mauricio Macri, que la necesita viva para garantizar su propia subsistencia política.