Vistas de página en total

Mostrando entradas con la etiqueta Néstor Aguad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Néstor Aguad. Mostrar todas las entradas

domingo, 19 de febrero de 2017

LA CORRUPCIÓN CULPOSA

CORREO ARGENTINO
 “Ni una hoja se torna amarilla sin el silente conocimiento del árbol todo, tampoco el malvado puede hacer el mal sin la oculta voluntad de todos vosotros”
(Khalil Gibrán)
                               El acuerdo económico en trámite ante la justicia,  entre el Estado Nacional y la concursada empresa del grupo Macri, por la reestatización del Correo Argentino, ha resultado un nuevo disparador del debate acerca de la corrupción en la Argentina.-
                               Las privatizaciones de los noventa y  los “commodities” en los primeros lustros del siglo XXI, sirvieron para engordar unas arcas fiscales que fertilizaron las tentaciones de los que manejan el poder.-
                               Por esos tiempos,  la corrupción estuvo más presente que nunca, ante una sociedad que jamás  alcanzó a definir un calibre ético uniforme para los que malversan el dinero público.-
                               Un comportamiento social errático fue la respuesta ante los distintos sucesos disvaliosos.- Si la economía va bien, somos tolerantes con la corrupción pública.- Por lo contrario, si nuestros bolsillos están flacos, condenamos a la primer sospecha.-
                               También nuestros posicionamientos políticos condicionan nuestro juicio moral.- Si los acusados son del palo, ni las “in fraganti” valijas repletas de dinero servirán para convencernos del delito, o, lo que es peor, para que nos importe aunque así fuera.-
La sociedad jamás  alcanzó a definir un calibre ético uniforme para los que malversan el dinero público
                               De allí que la ética de los gobernantes y funcionarios es la misma ética de la sociedad: ambivalente, bifronte, autorreferencial.-
                               Las cicatrices que en la moral de la república dejaron los obscuros procesos de privatización de los noventa,  quedaron eclipsados en su envergadura con aquello que vendría después, y que un periodista diera en llamar el “ladriprogresismo”.-