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domingo, 26 de febrero de 2017

LILITA RECARGADA

FISCAL ÉTICA  Y PUNTAL POLÍTICO
“Hoy cabe la autocrítica, si no, somos Cristina Kirchner”
(Elisa Carrió)
                               En agosto de 2013, en estas mismas páginas, se publicó un artículo que titulé: “Elisa Carrió, la Cristina rubia”, obviamente sin ningún ánimo peyorativo en la comparación.- Me permito recordar algunos conceptos volcados en esa oportunidad, hace más de tres años y medio.-
                               “Cristina Kirchner y Lilita Carrió deben ser las dos mujeres políticas argentinas más importantes del siglo XXI.- La trascendencia de sus figuras va más allá de sus aptitudes personales, de sus historias, de sus ideas.”
                               “Hay muchas cosas que las separan, que las diferencian, que las  distancian, además de su color de cabello, de su fisonomía física, de pertenecer a espacios políticos diversos, de ser una de ellas permanente sujeto activo de las denuncias por corrupción y la otra sujeto pasivo de las mismas.”
Ubicadas en las antípodas de la política y la ética, Cristina y Lilita comparten histrionismo
                               “Sin embargo, a pesar de la gran distancia subjetiva y objetiva entre ambas líderes políticas, tiendo a pensar que existe una identificación casi atávica, instintiva, profunda, que tiene que ver con sus formas de sentir la política, con el temperamento para encarar sus luchas, con esa casi descarnada manera de actuar sin especulaciones en el campo  de batalla, con el vale cuatro que arriesgan permanentemente en el juego de la estrategia, con ese desinterés casi suicida por el equilibrio, con la valentía sin cálculo de morir con las botas puestas.”
                               “Elisa María Avelina Carrió, tiene muchas aptitudes que la han convertido en lo que es hoy para la ciudadanía, pero a mi juicio no ha podido superar aquello que a veces ha sido su principal cualidad y otras tantas, aunque parezca contradictorio, su defecto más visible: su histrionismo.”
                               “Desde el pedestal de una moral autodidacta, esgrimida a modo de lanza como base casi exclusiva de su proyecto político,  ejercita un dogmatismo irrreductible, a partir del cual resulta casi imposible entrar en acuerdos políticos que tengan estabilidad en el tiempo.”

domingo, 19 de febrero de 2017

LA CORRUPCIÓN CULPOSA

CORREO ARGENTINO
 “Ni una hoja se torna amarilla sin el silente conocimiento del árbol todo, tampoco el malvado puede hacer el mal sin la oculta voluntad de todos vosotros”
(Khalil Gibrán)
                               El acuerdo económico en trámite ante la justicia,  entre el Estado Nacional y la concursada empresa del grupo Macri, por la reestatización del Correo Argentino, ha resultado un nuevo disparador del debate acerca de la corrupción en la Argentina.-
                               Las privatizaciones de los noventa y  los “commodities” en los primeros lustros del siglo XXI, sirvieron para engordar unas arcas fiscales que fertilizaron las tentaciones de los que manejan el poder.-
                               Por esos tiempos,  la corrupción estuvo más presente que nunca, ante una sociedad que jamás  alcanzó a definir un calibre ético uniforme para los que malversan el dinero público.-
                               Un comportamiento social errático fue la respuesta ante los distintos sucesos disvaliosos.- Si la economía va bien, somos tolerantes con la corrupción pública.- Por lo contrario, si nuestros bolsillos están flacos, condenamos a la primer sospecha.-
                               También nuestros posicionamientos políticos condicionan nuestro juicio moral.- Si los acusados son del palo, ni las “in fraganti” valijas repletas de dinero servirán para convencernos del delito, o, lo que es peor, para que nos importe aunque así fuera.-
La sociedad jamás  alcanzó a definir un calibre ético uniforme para los que malversan el dinero público
                               De allí que la ética de los gobernantes y funcionarios es la misma ética de la sociedad: ambivalente, bifronte, autorreferencial.-
                               Las cicatrices que en la moral de la república dejaron los obscuros procesos de privatización de los noventa,  quedaron eclipsados en su envergadura con aquello que vendría después, y que un periodista diera en llamar el “ladriprogresismo”.-