EL RELATO DE CADA GOBIERNO
“El objetivo no era tanto construir un mundo mejor en el que
la gente viviera, sino hacer una gente mejor que viviera en el mundo” (H.G. Wells)
¿Cuántas
veces soñamos con un mundo mejor, un
país mejor, una ciudad mejor? Con quimeras
se vive mejor la vida, aunque cambiar el entorno no sea todo,
necesitamos también cambiar nosotros mismos.-
Alguna
vez escribí que no hay gobierno sin
relato y no hay relato sin utopías.- ¿Cómo compatibilizamos, entonces, con el aluvión de críticas que sufrió el
gobierno kirchnerista por la construcción de su relato? La respuesta es simple:
el relato no fue cuestionado como tal, sino por su contenido.-
En
la literatura, el relato puede construirse a partir de dos parámetros: realidad
o ficción.- En la política, en cambio, debe partirse de la realidad, la ficción es engaño.-
Un
gobierno debe entusiasmar a la sociedad con la épica de un relato, porque
gobernar es mucho más que administrar
Cristina
Kirchner, en especial, construyó la épica de su gobierno, no ya desde la
ficción inocua del paraíso sobre la tierra, sino de la falsificación de los datos duros de la realidad.-
Un
país serio se cimenta a partir de la veracidad de sus informes estadísticos, lo
que no ocurrió en la Argentina del tercer lustro del siglo, dónde no sólo se engañó
descaradamente con el índice inflacionario (singular generador
de distorsiones múltiples), sino que se instaló una burbuja de fantasía
a partir del discurso presidencial: “de
lo que no hablo, no existe”.-
De tal manera, por arte de magia, desapareció la pobreza y la indigencia
en la Argentina de Cristina, que por la “maldad” de Macri de descorrer el velo
que cubría el Indec, hoy vuelve a aparecer con toda su crudeza por encima del
30%.-
Consecuentemente,
construir el relato no supone la mentira,
el ocultamiento, la falsificación de los hechos.- Un gobierno debe,
necesariamente, trasmitirle a la sociedad un relato basado en hechos reales, plantearle
una epopeya detrás de objetivos
importantes y trascendentes para el conjunto, aunque parezcan inalcanzables.-
En
política, el relato debe partir de la realidad, la ficción es engaño
Y
ese relato debe estar constituido también por utopías, porque la esencia de la vida humana, el motor del
progreso, el alimento fundamental del espíritu, es la esperanza de ser mejores en un mundo mejor.-
No
nos levantaríamos de la cama cada día si no alimentáramos la esperanza de mejores tiempos, porque somos algo más que carne y hueso, respirar
y comer, dormir y despertar; somos fe, voluntad y espíritu, alimentados por
nuestros propios sueños.-
Las
utopías tienen función esperanzadora, por la capacidad humana de soñar; también su costado axiológico,
permite reconocer los valores
fundamentales de una comunidad en un momento concreto; y una utilidad crítica,
posibilitando comparar un estado
ideal con el real, para medir las cotas de justicia y bienestar que aún nos
restan por alcanzar.-
Por
ello, gobernar una sociedad no es competencia exclusiva de tecnócratas,
economistas y numerólogos, hay que agregarle la política como factor
fundamental, porque es misión de la
política la creación de las utopías sociales.-
Las
utopías son el alimento del espíritu, forman parte del núcleo existencial de la
vida humana: la esperanza
Íntimamente relacionadas con el deseo de dar
un sentido a la vida y alcanzar la felicidad, la búsqueda de un mundo mejor,
más solidario y más justo, marca la estrecha
relación entre las utopías y la justicia.- Es la política la que debe plantearlas, si
éstas resultan internalizadas por la gente, el combo resulta ideal para la
construcción de objetivos comunes por los que valga la pena luchar en
conjunto.-
Todos
los gobiernos tuvieron sus relatos y utopías.- El Perón del 73 pregonaba la unidad de los argentinos, los dictadores del 76 a colaborar con el
“proceso de reorganización nacional”, Alfonsín
nos convocaba a participar de las recuperación de la democracia y el
fortalecimiento de la república, Menem
a achicar el estado y agrandar la Nación.- Todos con mayor o menor realidad,
con mejores o peores intenciones, pero con relatos al fin y al cabo.-
Hay
una diferencia fundamental que remarcar en el contenido del relato de las dos
últimas gestiones gubernamentales, las de Cristina y la de Macri.-
El
relato de Cristina fue “contra” y, valga el juego de palabras,
el de Macri es “pro”.- Cristina nos
bombardeaba con sus cadenas nacionales, convocándonos a luchar “contra” los malos del mundo, contra el imperialismo yanqui,
contra los fondos buitre, contra los empresarios avaros, contra los jueces que
se le oponían, contra éste y contra el
otro.-
El
gobierno kirchnerista fue contestatario, siempre encontró el enemigo de turno
contra el cual elaborar el relato
Macri, en cambio, nos plantea el
objetivo de gobernar con todos, dejar trabajar a la justicia y al parlamento en
sus ámbitos específicos, respetar la
división de poderes y apuntar a la pobreza cero.-
En
ambos casos, hay una mezcla de utopías y
mentiras, que sin dudas neutralizan la fuerza del relato como movilizador
social.-
Es
cierto que hay gente mala, hay inversores rapaces, hay empresarios mezquinos,
pero el destino de un país descansa en lo que hagamos en favor de nosotros
mismos, los mensajes de guerra contra los malos del mundo terminan sólo en una retórica improductiva.-
Con
Mauricio Macri dimos una vuelta de campana en el contenido del mensaje.- Ya no
se convoca a la ciudadanía a trabajar “en contra de”, a unirnos “para derrotar
a”, a movilizarnos “para escrachar a”.-
Nos
plantea este Presidente, con algo de ingenuidad y mucho de utopía, el objetivo
casi inalcanzable de la “pobreza cero”.-
Es cierto, no es una afirmación dura y pura, es una utopía esperanzadora.-
Pero a la par, las medidas de estos meses nos llenan de dudas, especialmente a
los sectores medios.-
Para
el empresariado, el campo, los
industriales, la devaluación, la disminución de las retenciones y otras
medidas, sirvieron para el inicio de una recuperación indispensable de la
economía de producción.-
No
se disminuyeron, y en muchos casos se incrementaron, las ayudas sociales para
los sectores pobres, los jubilados
nacionales comenzaron una lenta recuperación de sus ingresos y haberes
adeudados.-
La
clase media, en cambio, es la que
principalmente sufrió los efectos corrosivos de la inflación, sumando a parte de la misma a integrar la franja de
pobreza de las estadísticas oficiales.- El mantenimiento del impuesto a las
ganancias al sector asalariado, contribuyó a esta situación.-
Si
la utopía es la pobreza cero y el gobernar con todos, el sacrificio debería ser
compartido en justas proporciones, para que todos los ciudadanos se sientan
comprometidos con los objetivos.-
El
mensaje de Macri parte de utopías esperanzadoras como la pobreza cero, pero se
debilita con puestas en escena poco creíbles
Es
cierto que Macri ha contado con un elevado y hasta ahora duradero hándicap de paciencia social,
construido fundamentalmente a partir del desprestigio kirchnerista.- Pero en su
gobierno, al ser sideralmente más trasparente que el de Cristina, las inconsistencias se exponen
instantáneamente al conocimiento público.-
Se
pretende abonar el mensaje optimista del
gobierno, integrando al relato,
idílicos paseos en bicicleta por el Central Park, charlas ciudadanas en
montados escenarios colectiveros, o veinte timbrazos en domicilios
particulares, logrando sólo debilitarlos en su fuerza convocante por una
combinación poco creíble de ingenuidad y escenografía.-
Sin
embargo, necesitamos seguir creyendo en que nos espera un próximo mejor destino
y que superaremos las consecuencias de la década autoritaria.- Por ahora,
alcanza con cándidas utopías y mentiras
benignas, habrá que combinarlas con mayor número de hechos palpables.-
Jorge Eduardo Simonetti
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citar su fuente
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