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domingo, 16 de octubre de 2016

ADMINISTRADORES DE POBREZA

UN MODELO PERVERSO
 “la pobreza es una anomalía para los ricos; les resulta muy difícil comprender por qué la gente que quiere cenar no hace sonar la campanilla” (Walter Bagehot, 1858)
                               Honestamente configuradas, las estadísticas constituyen una metodología, entre tantas otras, para evaluar la realidad, pero con una prevención conceptual, aquélla que llevara a George Bernard Shaw a definirla como la “ciencia que demuestra que si mi vecino tiene dos coches y yo ninguno, los dos tenemos uno”.-
                               Hasta diciembre del año pasado, las estadísticas públicas en la Argentina siguieron rigurosamente la clasificación de Mark Twain: “hay tres clases de mentiras: las mentiras, las malditas mentiras y las estadísticas”.- Con ellas, el Indec kirchnerista se encargó de falsear los datos de la realidad y de construir una imagen fantasiosa de un país irreal, en el que la pobreza era un producto escaso, aún más que en la poderosa Alemania.-
La pobreza, en tiempos de Cristina, fue barrida debajo de la alfombra
                               Pero las cosas cambiaron, lentamente vamos advirtiendo las fortalezas y debilidades del país real, a través de los números que comienza a suministrar un organismo oficial reconstituido, que deja atrás la mentira sistemática como instrumento consuetudinario de la gestión de gobierno.-
                               En estos días se conoció, luego que dejaran de publicarse en 2013, los índices de pobreza e indigencia del segundo trimestre de 2016: 32,2 % de la población bajo la línea de pobreza, de las cuales el 6,3% es indigente.-
El Indec de Macri la saca a relucir, con el peor índice para la región Nordeste
                                Datos duros de una realidad escalofriante, que nos obliga a recorrer senderos escabrosos en  búsqueda de la verdad,  que van de la utopía de la pobreza cero a la realidad de la pobreza treinta y dos, de la pobreza funcional a la pobreza estructural, de la pobreza con esperanzas a la pobreza sin horizontes, de la abundancia de recursos a su injusta distribución.-
                               Y en esos números, nuestra región no abandona el lugar tan especial que nos asignaran sistemáticamente las estadísticas.- Con el 40,1% de pobres e indigentes, el Nordeste encabeza el ranking negativo a nivel país.-

                               No es una novedad, antes bien  una confirmación de una dinámica involutiva, que simplemente nos exhibe una vez más a los habitantes de esta parte del norte para engordar el inventario negro de la República Argentina, aquél que nos pega dónde más nos duele como cuerpo social, en el costado de la pobreza y la indigencia, la marginación, la desnutrición y la mortalidad infantil, la desocupación.-
El país está estructurado en función de un sistema antiético de distribución de ventajas comparativas
                               ¿Qué argumento puede usar la política, no sólo local sino nacional, y de todos los partidos, cuando Corrientes coparticipa de los índices más altos de pobreza e indigencia? ¿Qué se puede argumentar cuando nuestro pormilaje de mortalidad infantil es de 16,8% contra el promedio país del 11,9% (al 2010)?
                               ¿Qué decir cuando no hemos sido capaces de pavimentar un sólo kilómetro más en la democracia, de acuerdo a un informe de la Dirección Provincial de Vialidad, que expresaba que al año 2013 la Provincia de Corrientes tuvo rutas provinciales pavimentadas por 872,98 km, sobre una red total de 12.660,60 km., contrastando con datos de 1983, en que los caminos provinciales sumaban 7.476,21 km., con 882,65 pavimentados?
                               ¿Qué explicación dar cuando nuestras exportaciones alcanzan al 0,3% del total nacional, mientras las Provincias de Buenos Aires, Santa Fé y Córdoba superan el 70%, o cuando nuestro producto bruto geográfico apenas llega al 1,1% del producto bruto nacional?
                               ¿Qué cara poner si observamos que Corrientes tiene un nivel de empleo registrado en el sector privado que representa el 1,2% del total país, o que la informalidad laboral es del 45,8%, superior al 36,4% del promedio nacional, o que el empleo público significa el 53,3% del empleo registrado provincial?
                               ¿Qué actitud adoptar cuando advertimos que la situación social de la provincia, en términos de indicadores asociados a calidad de vida (red de gas, hacinamiento, conexión de banda ancha, etc.) y sanitarios (tasa de mortalidad infantil y materna, población no cubierta por obra social, nacidos vivos con bajo peso al nacer) en términos negativos son muy superiores a la media nacional?
                               Todos los datos son obtenidos de fuente oficial, en la página del Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas de la Nación (mecon.gov.ar).-
                               No es casualidad que el Indec suministre los datos de pobreza e indigencia por regiones, es el modelo de país que tenemos desde hace muchísimos años: un puerto y un centro mucho más desarrollado y progresista, un sur altamente subsidiado, y un norte pobre y olvidado.-
                               Corrientes integra ese Nordeste periférico que no puede, y no podrá nunca tal como vamos, sacudirse el yugo del centralismo asfixiante, que nos ha colocado en el lugar mendicante de recoger las monedas que caen de los bolsillos de los más poderosos.-
                               Chaco, Misiones y Formosa tuvieron gobernadores kirchneristas cuando los Kirchner eran gobierno, sus mandatarios fueron obedientes y se beneficiaron con algunas obras, pero de ningún modo sus provincias salieron siquiera un milímetro de la indignidad del atraso y la desesperanza.-
Los gobernadores de provincias periféricas son meros administradores de pobreza
                               ¿Por qué no aventajaron a Corrientes, gobernada por el radicalismo? Sencillamente porque  no es cuestión de la pertenencia política de los mandatarios, es la endemia del sistema, que atraviesa transversalmente a la política,  que arrastra a su paso amistades, acomodos y torpezas.-
                               El país está estructurado con un sistema antiético de distribución de las ventajas comparativas.- En lugar de fomentar el desarrollo de los lugares más postergados con prerrogativas diferenciales, se siguió tocando la campanilla de los ricos: para el gran pulpo que es Buenos Aires y su zona circundante, la luz a precios irrisorios, el gas natural de bajo costo, la nafta más barata.-
                               Esa fue la justicia distributiva del gobierno nacional y popular de los tres primeros lustros, que fue simplemente continuadora de la impronta centralista de gran parte del siglo pasado.-
                               Nuestro país ha evolucionado de tal manera, que las provincias ceden iniciativa ante las características geopolíticas de las regiones que integran.- Romper la dinámica de pobreza y subdesarrollo del norte argentino, no es tarea que pueda llevarse adelante sólo por un gobierno o un signo político.-
                               Gobernantes locales hemos tenido de todo tipo, buenos, regulares y malos administradores, pero todos, sin excepción, se mueven atenazados por el techo inexpugnable del centralismo financiero y político, que no permite, ni nunca permitirá, mientras subsistan nuestra “capitis diminutio” institucional, que podamos trascender más allá del pago regular de sueldos, de la realización de algunas obras, de la recepción de bolsones de comida, asignación universal por hijo, ayudas escolares o algunas cuadras de pavimento.- Lo que se dice desarrollo, crecimiento exponencial de la economía provincial y regional, incremento sustantivo en nuestra participación en la producción nacional, empleo de calidad,  eso muy poco, casi nada, a pesar del esfuerzo de muchos sectores.-
Romper la dinámica de atraso del norte argentino, no es tarea que pueda llevar adelante un sólo gobierno o signo político
                               Esta marginalidad institucional, política y financiera, se paga en términos del nivel de vida de la gente, de la educación, de la salud, de la vivienda.- Pruebas al canto.-
                               Las estadísticas, entonces, pueden servir para alimentar el discurso inoficioso de la política, para hablar de reparaciones históricas, de planes grandilocuentes como el Belgrano, de federalismo retórico, pero de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno, especialmente cuando las lindas palabras mueren a cinco centímetros de la boca.-
                               Mejores o peores gestores de la hacienda provincial, democráticos o autocráticos, con mayor o menor cantidad de años en el sillón de mando, de un partido o del otro, pero en definitiva ningún gobernador puede escaparle al destino histórico de apenas ser meros administradores de pobreza.-
                                               Jorge Eduardo Simonetti

*Los artículos de este blog son de libre reproducción, a condición de citar su fuente


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