“la pobreza es una
anomalía para los ricos; les resulta muy difícil comprender por qué la gente
que quiere cenar no hace sonar la campanilla” (Walter Bagehot, 1858)
Honestamente
configuradas, las estadísticas
constituyen una metodología, entre
tantas otras, para evaluar la realidad, pero con una prevención conceptual,
aquélla que llevara a George Bernard Shaw a definirla como la “ciencia que demuestra que si mi vecino
tiene dos coches y yo ninguno, los dos tenemos uno”.-
Hasta
diciembre del año pasado, las estadísticas públicas en la Argentina siguieron
rigurosamente la clasificación de Mark Twain: “hay tres clases de mentiras: las mentiras, las malditas mentiras y las
estadísticas”.- Con ellas, el Indec kirchnerista se encargó de falsear los datos de la realidad y de
construir una imagen fantasiosa de un país irreal, en el que la pobreza era un
producto escaso, aún más que en la poderosa Alemania.-
La
pobreza, en tiempos de Cristina, fue barrida debajo de la alfombra
Pero
las cosas cambiaron, lentamente vamos advirtiendo las fortalezas y debilidades
del país real, a través de los números que comienza a suministrar un organismo
oficial reconstituido, que deja atrás la mentira
sistemática como instrumento consuetudinario de la gestión de gobierno.-
En
estos días se conoció, luego que dejaran de publicarse en 2013, los índices de
pobreza e indigencia del segundo trimestre de 2016: 32,2 % de la población bajo la línea de pobreza, de las cuales el
6,3% es indigente.-
El
Indec de Macri la saca a relucir, con el peor índice para la región Nordeste
Datos duros de una realidad escalofriante, que
nos obliga a recorrer senderos escabrosos en
búsqueda de la verdad, que van de la utopía de la pobreza cero a la
realidad de la pobreza treinta y dos, de la pobreza funcional a la pobreza
estructural, de la pobreza con esperanzas a la pobreza sin horizontes, de la
abundancia de recursos a su injusta distribución.-
Y
en esos números, nuestra región no abandona el lugar tan especial que nos
asignaran sistemáticamente las estadísticas.- Con el 40,1% de pobres e indigentes, el Nordeste encabeza el ranking
negativo a nivel país.-
No
es una novedad, antes bien una
confirmación de una dinámica involutiva, que simplemente nos exhibe una vez más
a los habitantes de esta parte del norte para engordar el inventario negro de la República Argentina, aquél que
nos pega dónde más nos duele como cuerpo social, en el costado de la pobreza y
la indigencia, la marginación, la desnutrición y la mortalidad infantil, la
desocupación.-
El
país está estructurado en función de un sistema antiético de distribución de
ventajas comparativas
¿Qué
argumento puede usar la política, no sólo local sino nacional, y de todos los
partidos, cuando Corrientes coparticipa de los índices más altos de pobreza e indigencia? ¿Qué se puede
argumentar cuando nuestro pormilaje de mortalidad
infantil es de 16,8% contra el promedio país del 11,9% (al 2010)?
¿Qué
decir cuando no hemos sido capaces de
pavimentar un sólo kilómetro más en la democracia, de acuerdo a un informe
de la Dirección Provincial de Vialidad, que expresaba que al año 2013 la
Provincia de Corrientes tuvo rutas provinciales pavimentadas por 872,98 km,
sobre una red total de 12.660,60 km., contrastando con datos de 1983, en que
los caminos provinciales sumaban 7.476,21 km., con 882,65 pavimentados?
¿Qué
explicación dar cuando nuestras
exportaciones alcanzan al 0,3% del total nacional, mientras las Provincias
de Buenos Aires, Santa Fé y Córdoba superan el 70%, o cuando nuestro producto
bruto geográfico apenas llega al 1,1% del producto bruto nacional?
¿Qué
cara poner si observamos que Corrientes tiene un nivel de empleo registrado en el sector privado que representa el
1,2% del total país, o que la informalidad
laboral es del 45,8%, superior al 36,4% del promedio nacional, o que el empleo público significa el 53,3% del
empleo registrado provincial?
¿Qué
actitud adoptar cuando advertimos que la situación social de la provincia, en
términos de indicadores asociados a
calidad de vida (red de gas, hacinamiento, conexión de banda ancha, etc.) y
sanitarios (tasa de mortalidad
infantil y materna, población no cubierta por obra social, nacidos vivos con
bajo peso al nacer) en términos negativos son muy superiores a la media
nacional?
Todos
los datos son obtenidos de fuente oficial, en la página del Ministerio de
Hacienda y Finanzas Públicas de la Nación (mecon.gov.ar).-
No
es casualidad que el Indec suministre los datos de pobreza e indigencia por regiones, es el modelo de país que
tenemos desde hace muchísimos años: un puerto y un centro mucho más
desarrollado y progresista, un sur altamente subsidiado, y un norte pobre y
olvidado.-
Corrientes integra ese Nordeste periférico
que no puede, y no podrá nunca tal como vamos, sacudirse el yugo del
centralismo asfixiante, que nos ha colocado en el lugar mendicante de recoger
las monedas que caen de los bolsillos de los más poderosos.-
Chaco,
Misiones y Formosa tuvieron gobernadores
kirchneristas cuando los Kirchner eran gobierno, sus mandatarios fueron
obedientes y se beneficiaron con algunas obras, pero de ningún modo sus
provincias salieron siquiera un milímetro de la indignidad del atraso y la desesperanza.-
Los
gobernadores de provincias periféricas son meros administradores de pobreza
¿Por
qué no aventajaron a Corrientes, gobernada por el radicalismo? Sencillamente
porque no es cuestión de la pertenencia
política de los mandatarios, es la endemia
del sistema, que atraviesa transversalmente a la política, que arrastra a su paso amistades, acomodos y
torpezas.-
El
país está estructurado con un sistema
antiético de distribución de las ventajas comparativas.- En lugar de
fomentar el desarrollo de los lugares más postergados con prerrogativas
diferenciales, se siguió tocando la campanilla de los ricos: para el gran pulpo
que es Buenos Aires y su zona circundante, la luz a precios irrisorios, el gas
natural de bajo costo, la nafta más barata.-
Esa
fue la justicia distributiva del gobierno nacional y popular de los tres primeros
lustros, que fue simplemente continuadora de la impronta centralista de gran
parte del siglo pasado.-
Nuestro
país ha evolucionado de tal manera, que las provincias ceden iniciativa ante
las características geopolíticas de las
regiones que integran.- Romper la dinámica de pobreza y subdesarrollo del
norte argentino, no es tarea que pueda llevarse adelante sólo por un gobierno o
un signo político.-
Gobernantes
locales hemos tenido de todo tipo, buenos, regulares y malos administradores,
pero todos, sin excepción, se mueven atenazados por el techo inexpugnable del centralismo financiero y político, que no
permite, ni nunca permitirá, mientras subsistan nuestra “capitis diminutio” institucional, que podamos trascender más allá
del pago regular de sueldos, de la realización de algunas obras, de la
recepción de bolsones de comida, asignación universal por hijo, ayudas
escolares o algunas cuadras de pavimento.- Lo que se dice desarrollo,
crecimiento exponencial de la economía provincial y regional, incremento sustantivo
en nuestra participación en la producción nacional, empleo de calidad, eso muy poco, casi nada, a pesar del esfuerzo
de muchos sectores.-
Romper
la dinámica de atraso del norte argentino, no es tarea que pueda llevar
adelante un sólo gobierno o signo político
Esta
marginalidad institucional, política y
financiera, se paga en términos del nivel de vida de la gente, de la
educación, de la salud, de la vivienda.- Pruebas al canto.-
Las
estadísticas, entonces, pueden servir para alimentar el discurso inoficioso de la política, para hablar de reparaciones
históricas, de planes grandilocuentes como el Belgrano, de federalismo
retórico, pero de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno,
especialmente cuando las lindas palabras mueren a cinco centímetros de la
boca.-
Mejores
o peores gestores de la hacienda provincial, democráticos o autocráticos, con mayor
o menor cantidad de años en el sillón de mando, de un partido o del otro, pero
en definitiva ningún gobernador puede escaparle al destino histórico de apenas ser meros administradores de
pobreza.-
Jorge Eduardo Simonetti
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libre reproducción, a condición de citar su fuente
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