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domingo, 3 de abril de 2016

EL OCASO DE UN LIDERAZGO

CRISTINA ENTRE LOS MORTALES.- Del sueño de la “Cristina eterna” al presente, hay un campo.- El todopoderoso oficialismo de entonces, ha perdido la brújula, gobernadores que hacen la suya, legisladores otro tanto, dirigentes que buscan un nicho político desde el cual lamen sus heridas y acomodan las calchas, afiliados y simpatizantes desorientados que se aferran al madero de las glorias pasadas.-
                               A ello se agrega el aislamiento y el silencio de quién, hasta hace poco más de cien días, fuera el numen primario de un modelo que comenzó a desmoronarse con el egreso del gobierno, no sólo por el cerco externo de las causas judiciales, sino también por la incapacidad de su propia estructura política para generar la auto depuración y proponer renovadas alternativas.-
                               Está quedando mucho más claro que el peronismo no es el kirchnerismo, los doce años de gobierno no sirvieron para que sea subsumido en la impronta política creada desde el sur.- El peronismo, tal es su historia, se encuentra mutando para adaptarse a los nuevos tiempos, cambiando la piel, formando nueva caparazón.- El 8 de mayo tendrán elecciones internas, no se visualiza que la próxima conducción contenga en su seno mayoría de ex funcionarios del pasado oficialismo.-
                                Los de Cristina, en cambio, fiel a la rigidez política de su inspiradora, resultan incapaces de pensar alternativas para los nuevos tiempos, lo suyo sólo es la resistencia del perro malo, que los dirigirá seguro a una colisión contra el iceberg de los nuevos tiempos.- Con la fidelidad de quién acompaña al muerto hasta el cementerio, quedará por ver si muchos fieles harán “la gran Bossio”, abandonando el cortejo en la puerta del camposanto.- No les seduce la idea de compartir nicho con los Báez y los Cristóbal.-
                               Propios y extraños no dejan de evaluar la actitud de la ex presidenta luego de abandonar el poder, necesitan entrever algún mensaje de entre los renglones silenciosos de su aislamiento.-
                               Entiendo que la actitud de Cristina responde esencialmente a dos razones, que aparecen como lógicas en su estrategia de recogimiento, razones que   ensamblan con las características de su personalidad y con la marcha de los asuntos judiciales.-

                               Una de las verdades de cabecera de Néstor Kirchner, fue que el dinero resulta esencial para hacer política.- En ello, el matrimonio sureño fue casi insuperable.- Ya sea por el éxito en el ejercicio de la abogacía, la habilidad en los negocios hoteleros, o vaya a saber por qué cosa, la evolución del patrimonio de los Kirchner en sus doce años en el poder presidencial, fue geométrica.- Simplemente, ningún presidente en la historia argentina se ha enriquecido en tal magnitud durante su mandato.-
                               Claro que, esa acumulación de riquezas durante el tiempo de manejo del estado, le traen hoy a Cristina muchos dolores de cabeza con la Justicia.- No le resultará fácil dar alguna explicación plausible de su increíble evolución patrimonial,  de su relación con Lázaro Báez y Cristóbal López, de los pagos recibidos por el alquiler de centenares de habitaciones de sus hoteles a las empresas de los mismos,  del recuento de obscenas cantidades de dinero por parte de allegados revelados en los videos.- Me refiero no sólo una explicación a los jueces, sino fundamentalmente una explicación a la sociedad.-
                               Esa es, entonces, una razón poderosa para mantenerse en los límites estrechos de su residencia en el Calafate.-
                               La otra razón, según mi criterio, es tan poderosa como la primera y es de carácter político, en estrecha relación con su propia personalidad.- Estimo que Cristina no tiene respuestas propias para la coyuntura política del país, tampoco para la que atraviesa  su partido.- Y como no las tiene, es mejor hacer “mutis por el foro”, que enfrentar las consecuencias de sus propias limitaciones.- Mantener el mito resulta fundamental para atenuar el daño colateral de la pérdida del poder.-
                               En el siglo XVI, Nicolás Maquiavelo decía que si un líder tiene que elegir entre ser temido o ser amado, debe ponerse del lado del miedo.- Por el contrario, Eisenhower lo expresaba de la siguiente manera: "Prefiero convencer a un hombre para que empiece algo, porque una vez persuadido, lo seguirá haciendo. Si lo asusto, continuará haciendo las cosas mientras esté asustado y luego desaparecerá".-
                               Es decir que la relación de liderazgo puede sustentarse en el convencimiento o en el temor.- Si el dato esencial entre el líder y los seguidores es el temor, seguramente cuando desaparezca el fundamento objetivo de dominación –el manejo de las estructuras del estado-, el temor desaparece y el liderazgo se desvanece.- Por el contrario, si el cimiento es el convencimiento, la relación es más estable y se asienta en bases más auténticas y duraderas.-
                               Nunca los procesos políticos son puros.- Cierto es que Cristina basó su liderazgo en el ejercicio autocrático del poder, pero no hay que restar importancia al elemento carismático de su relación con una parte importante del pueblo argentino, a los que cautivó con su intransigencia, su solidez discursiva y su fortaleza para sostener el timón del estado en la soledad de la cumbre.- Tuvo la aptitud inigualable de multiplicar poder a partir del poder, en la misma medida que su incapacidad, desde el llano, de evitar que se le escape como agua entre los dedos.-
                               Precisamente, en aquello que resultó su mayor virtud reside su debilidad actual.- Cristina fue paladín a partir del mando, se movía en él como pez en el agua, su autoridad era reconocida sin cuestionamientos, sus órdenes obedecidas sin chistar, sus discursos escuchados sin molestas preguntas.- El temor, el interés y la admiración, determinaron que  la relación jerárquica de su liderazgo no sufriera mella.- Sus órdenes no se discutían, sus deseos se cumplían, los auditorios tenían la uniformidad de comportamiento de las palmas enrojecidas y nunca la molesta diversidad de las explicaciones requeridas.-
                               Sin embargo, ese mismo liderazgo cae por su base cuando se pierde el poder que es su fuente.- El líder, acostumbrado a la invencibilidad de su voluntad y de sus decisiones, ahora debe bajar al llano y convencer, hacerlo con el ejemplo de una conducta incuestionable, con el escuchar y dialogar,  debe mezclarse e interactuar con todos aquéllos a los que antes miraba desde las alturas.-
                               Y creo que, Cristina tiene una invalidez genética para construir un liderazgo a partir de una metodología democrática.-  Psicológicamente está preparada para monologar no para dialogar, para vencer no para convencer, para ser escuchada no para escuchar, para pontificar no para sugerir, para mandar no para consultar.- Néstor fue el político del dúo presidencial, Cristina la detentadora del poder institucional.-
                               La “resistencia” no parece ser el combustible espiritual para mantener la vida política del kirchnerismo, como lo fue para el peronismo de otrora.- Es que no fueron expulsados del poder por un golpe de estado, fueron vencidos en las urnas; su líder no huyó en una cañonera hacia el exilio, volvió en vuelo de línea hacia su residencia; el movimiento político no fue silenciado por la proscripción, está callado por su falta de propuestas para la nueva coyuntura política.-
                               Pues bien, deben hoy demostrar que tienen la consistencia de un movimiento político y no la labilidad de una unión de conveniencias particulares y de intereses del poder.- Y ello le está costando demasiado, no sólo a gran parte de su dirigencia, que se acostumbró a mamar de la teta estatal, sino también a su líder política, cuyo único contacto con la realidad de estos tiempos parece ser su incompetente vástago.-
                               Hay muchos argentinos de bien que todavía mantienen su devoción  por ella y la defienden a rajatablas.- Pero su inmovilismo la está condenando a un lento pero pronunciado ocaso político.- Salvo que, para salvar su liderazgo, planifique jugar el papel de víctima  con motivo de la convocatoria judicial para estos días.-
                                                                       Jorge Eduardo Simonetti
                              
                              
                              
                              
                              


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