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sábado, 5 de diciembre de 2015

ADIÓS SEÑORA PRESIDENTA O CHAU CRISTINA

NARCISISMO Y PERVERSIDAD PARA EL FINAL.- La intención primigenia fue dedicar el presente artículo a analizar el futuro, aquello   que comienza,  eso  que podemos esperar los argentinos con el nuevo gobierno.- Pero el pasado, lo que termina, lo que debería fenecer el 10 de diciembre, porfía por permanecer, trascender, continuar, no de la mejor manera, por el efecto de sus obras, sino de la peor, con el intencional incremento de sus lastres.-         
                               En un país verdaderamente democrático, el cambio de gobierno constituye un suceso institucionalmente importante, aunque de práctica periódica.- Tanto el que entrega cómo el que recibe el bastón de mando presidencial, se comportan de acuerdo a las reglas.- Pero, tal parece, éstas se hicieron pedazos a partir de un espectáculo que los argentinos no asistimos siquiera en la transición entre dictadura y democracia.-
                               El comportamiento presidencial en este fin de ciclo, no puede ser más penoso.- Además de complicar el traspaso con sus insólitas proposiciones, se empeña Cristina en encender apresuradamente todas las mechas de  situaciones potencialmente explosivas, para que la deflagración se produzca en los primeros tiempos de gestión de su sucesor.- Y no lo hace como los terroristas de antaño, a escondidas, sino a cara descubierta, con la metodología del ISIS, que filma sus ejecuciones sanguinarias y las expone a la vista pública.-
                               El problema principal es que los efectos mediatos e inmediatos de las bombas económicas e institucionales, recaerán directamente sobre el pueblo argentino, aunque ello no parece importarle al final de sus ochos años de mandato.-
                               Es tal la prodigalidad propietaria que demuestra en sus últimas medidas al frente del Poder Ejecutivo, que pareciera que los argentinos no nos hemos dado cuenta que, dentro del fenomenal incremento de su patrimonio en los doce años del régimen, se encuentra también la escritura de propiedad del estado nacional a su favor.-
                               La democracia le ha brindado la posibilidad de salir por la puerta grande de la historia nacional, deja algunas obras ponderables, y casi un cincuenta por ciento de los argentinos votaron por su partido.- Aunque la mayoría quiso un cambio, el apoyo obtenido por su candidato le tendría que haber resultado suficiente para egresar con su descomunal ego satisfecho.-

                               Pero no, al parecer, allí está su problema, todavía no ha entendido aquélla parte del relato que dice que se terminó su tiempo institucional, que debe abandonar el sillón de mando, que la mayoría del pueblo argentino eligió otra opción.- No creo estar muy alejado de la realidad si afirmo que su manera de comportarse ante el final de su mandato, tiene un costado patológico de indudable incidencia, una mezcla tóxica de narcisismo y perversidad.-
                               De tal suerte, no le importa irse por la puerta que la historia le reserva a quiénes terminan sin grandeza, con tal de que al hacerlo cause el mayor daño posible.-
                                No son sólo sus intolerantes yihadistas los que se han propuesto copar el 10 de diciembre la plaza de los dos congresos y la plaza de mayo, para impedir festejos de los que llegan, tampoco  los que realizan declaraciones incendiarias, tal como Aníbal Fernández, Hebe de Bonafini, Luis D’Elía, Sabatella.- Es ella misma que, en lugar de poner calma dónde hay imprudencia, ya no sabe cómo conseguir más nafta para avivar el fuego del futuro nacional.-
                               Las formas sacramentales e históricas de la democracia, no resultan tan formales cuando de entregar la Presidencia se trata.- Tiene un significado sustancial, de respeto del pronunciamiento ciudadano y de buen augurio al futuro de la Nación.- Provocar un tironeo lamentable, pretendiendo que su despedida sea más importante que la instalación del nuevo gobierno, es de una entidad autoritaria inconmensurable, sólo  comparable con las polémicas frases del Rey Sol, Luis XIV, “L’état c’est moi”(el estado soy yo),   y de Luis XV, “después de mí, el diluvio”.-
                               La transición fue tan inexistente como  infantil  la “trancada” en el cumplimiento del  protocolo del bastón y de la banda, y los “regalitos” que Cristina deposita en el árbol económico del próximo gobierno, son más propios de Lucifer que de Papá Noel.-
                               Por decreto de necesidad y urgencia de la semana pasada, incrementó el presupuesto en la sideral suma de más de 130 mil millones de pesos para cubrir gastos ya efectuados por su propio gobierno´.- Dentro de este colosal aumento, se destaca el rubro “intereses y comisiones de la deuda pública”, con 14 mil millones, llegando la partida anual de los servicios de la deuda pública a la suma de 110 mil millones (¿no era que este gobierno había cancelado la mayor parte de la misma?).- En ese incremento no está contemplado el aguinaldo de estatales y jubilados de fin de año.-
                               Con esta ampliación de las partidas presupuestarias, Cristina ingresa al Guinness del déficit fiscal.- El rojo presupuestario se eleva a la suma de $ 320.000 millones, lo que representa un intolerable 7% del PBI.-
                               ¿Cómo se paga eso? El DNU aclara que el mayor gasto se financia en una mínima parte ($ 9.607 millones) con ingresos adicionales.- El grueso ($ 79.455 millones) se cubre con mayor deuda, Anses  aporta $ 36.963 millones y el resto son deudas con el Banco Central, organismos públicos y acreedores privados.-
                               Dos, entonces,  son las fuentes principales de este gasto desenfrenado: la máquina de fabricar billetes sin respaldo, con el consiguiente aumento de la inflación, y el Ansés.-
                               No sólo se apuró en cumplir con el fallo de la Corte Suprema respecto a las cuatro Provincias que hicieron el juicio hace diez años, sino que extendió a las veinticuatro jurisdicciones la devolución del 15 % de la coparticipación que la Nación les retuvo desde 2002, desfinanciando geométricamente el Ansés.- Cómo contrapartida, las deudas de aquéllas con la Nación, las financió en 164 cuotas.-
                               Luego de doce años de repartir a su antojo el dinero de las Provincias, de centralizar la Caja, de   disciplinar gobernadores con la billetera, de utilizar a la Ansés como fuente de financiamiento principal de su política populista, de golpe le agarra a Cristina una “federalitis” aguda y convierte en mano lo que durante tanto tiempo fue un puño.- ¡Qué generosa es Cristina…con plata ajena!
                               Tal cómo es regla en una democracia, el gobierno entrante recibe la herencia sin beneficio de inventario.- Debe tomarla y ya.- De inicio, el elevado déficit fiscal, con gastos que resultan “rígidos” a la luz de  su clasificación economicista, una inflación muy alta, un banco central desangrado de reservas, resultan un combo complicado para una nueva administración.-
                               Pero a ello se agrega un disvalor institucional y ético, la obsesión de Cristina por dejar minado el campo para que el gobierno entrante deba gastar su tiempo en desactivar las minas puestas ex profeso por su malsano egoísmo.- Así están las cosas, con un régimen que insiste en trascender por sus errores y abusos más que por sus aciertos, y un futuro que pretende olvidar un pasado crispado e iniciar una nueva etapa de encuentro.-
                               Por propia decisión, el saludo del final que recibirá del pueblo argentino, no será el de “Adiós señora Presidenta” de la puerta grande,  sino el de “Chau, Cristina” del ventiluz del costado.-
                                                           Jorge Eduardo Simonetti
                              
                              
                                



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