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domingo, 4 de octubre de 2015

LA INCÓGNITA DEL CUARTO LUSTRO

FORTALECIMIENTO O MUERTE.- Como  todo comportamiento humano, el político en especial no está regulado por los rígidos cánones de las ciencias duras.- Es, comparado con la naturaleza de las profesiones, una actividad de medios, no de resultados.- Una correcta praxis indica que deberán emplearse los medios adecuados para lograr el resultado que se desea, pero el éxito o la obtención del objetivo no es de un final garantizado.- Sí, como en la aritmética, dos más dos es cuatro, en política también podría ser tres o cinco o nada.-
                               En el mismo sentido, diremos que también el análisis político sufre de esa volatilidad casi constante, a la par que las conclusiones tienden a inscribirse en el campo de las relatividades.-
                               Con esa prevención, nos proponemos pronosticar el futuro del kirchnerismo como movimiento político en la arena argentina.- La tarea primordial está en proyectar su evolución en el cuarto lustro de este siglo (2015/2020), es decir si se debilita con tendencia a su desaparición o se fortalece para permanecer en el espectro de las fuerzas consolidadas.-
                               Debemos considerar dos cuestiones previas, que surgen del plano fáctico: la primera es que el kirchnerismo que hoy conocemos no nació en el llano sino en el gobierno, y como tal, el ejercicio de la política desde fuera de las estructuras estatales le es extraño, le resta  probarse en las duras inclemencias de la intemperie; la segunda, el dato electoral indica que, luego de doce años de gobierno, el próximo mandatario será  Massa o Macri, que no pertenecen al Frente para la  Victoria, o Daniel Scioli,  un hombre con  estilo muy alejado de los paladares negros del modelo.-
                               Con esos datos esenciales de la realidad, se me ocurre interesante, para formarnos un juicio prospectivo, tres ángulos de abordaje: el ideológico, el del liderazgo y el de los cuadros militantes o partidarios.-

                               Ideológicamente, se ha debatido intensamente si el movimiento político que ha encabezado el matrimonio santacruceño, es un fenómeno pragmático y coyuntural, que apeló circunstancialmente a ideas que flotaban en el ambiente, para construir una épica que los justificara en acción de gobierno y aglutinara sectores afines a dichas ideas, o si, por el contrario, es un proyecto de largo aliento, dotado de una matriz ideológica de núcleo duro.-
                               No ha abandonado su clivaje en el peronismo del 45, con su nacionalismo antiliberal y antinorteamericano, el intervencionismo patrimonialista,  su hegemonismo populista y una metodología confrontativa.- Ancló sus novedades, en los derechos humanos, el rescate de las minorías y la "democratización” del poder, pero lo hizo de tal modo que malversó el verdadero alcance de sus propias políticas.-
                                La setentización de los derechos humanos y la cooptación casi regimentada de algunas organizaciones y dirigentes (v.g. Madres de Hebe de Bonafini, Hijos, etc.), le dieron un matiz que desnaturalizó su significado y parcializó un probable efecto global en la sociedad.-
                               A un primer paso de fortalecimiento republicano, como la conformación de una Corte Suprema prestigiosa e independiente, le siguieron pasos directamente destinados a conformar un poder judicial adicto y a terminar con todo vestigio de autonomía.- Ello y la consecución de un Congreso “sale con fritas”, conformó una concepción de democracia monista, en la que el pluralismo fue mala palabra.-
                               La integración de las minorías tal vez fue su logro más significativo  por haber constituido  un triunfo en la “batalla cultural”, pero también fue ralentizado por la cooptación política de la dirigencia de esos sectores, que privilegiaron el servilismo gubernamental a la continuidad de sus reivindicaciones más caras.-
                               En suma, con haber logrado una identidad política, no alcanza para ser superadora del propio peronismo, y aquello que constituyeron sus  particularidades ideológicas, fueron parcializadas y desvalorizadas por su propia estrategia,  no le alcanzan hoy para la construcción de una identidad autonómica que le permita proyectarse en el tiempo.-
                               Si no es por la doctrina, el liderazgo es factor aglutinante y elemento inspirador de sobrevivencia política.- Sin embargo, ello también le juega en contra.- Las características del liderazgo de Cristina, no son nada parecidas a las de su fallecido esposo.- Cristina es líder en el poder, en el olimpo de los que mandan,  en la toma de decisiones del ejercicio gubernativo,  pero no ha expuesto condiciones de comandante en el llano, su temperamento principesco la muestran incómoda cuando tiene que bajar a las arenas del combate político, dónde hay que convencer antes que vencer.-
                               Los cuadros políticos del kirchnerismo son un caso aparte.- Alejándose de la estrategia del peronismo tradicional, que construyó poder a partir  de una fuerte alianza con el conjunto de los sindicatos, la propia Cristina se encargó de neutralizar esa posibilidad, colocando a gran parte de las organizaciones sindicales en la vereda de enfrente.- Con un Partido Justicialista sin funcionamiento, constituyó la “elite” kirchnerista con organizaciones sociales y de derechos humanos, jóvenes de “La Cámpora”, izquierdistas con poca inserción popular, gobernadores e intendentes beneficiados por la lapicera, y un conjunto de funcionarios parasitarios del puesto estatal.-
                               De tal modo, sus cuadros políticos, casi en su totalidad, están “mercantilizados” con los beneficios del reparto gubernamental.- Planes sociales, puestos en el estado, obras para las provincias y municipios afines, empresarios que constituyen el capitalismo de amigos del poder,  integran el plantel interesado que conforma la militancia rentada.- Actores, piqueteros, gobernadores, intendentes, jóvenes inexpertos, conforman una torre de babel, un gigante con pies de barro, cómo estructuras políticas del kirchnerismo.- Mas que el liderazgo o la ideología, el elemento aglutinante son los recursos estatales, que brillarán por su ausencia cuando se pierda el gobierno y la lapicera cambie de mano.-
                               Otro elemento jugará su papel en la construcción de liderazgos políticos para el lustro que se avecina.- Se trata del ejercicio de la Presidencia de la Nación para los próximos cuatro años.- Cualesquiera de los candidatos, con el manejo de la chequera como elemento importantísimo, tiene el camino expedito para crecer políticamente y llegar a ocupar parte o todo el espacio que hoy es patrimonio cristinista.- Ello incluye a Scioli, que respondiendo a Estela de Carloto días pasados, se encargó de bajar expectativas de futuro para la vuelta del kirchnerismo, diciendo: “no voy a ser un presidente de transición”.- Es que el gobernador bonaerense, “un hombre de lealtades sucesivas” al decir irónico del General Perón, bien puede optar esta vez por “ser leal a sí mismo”, si es que le toca gobernar.-
                               Lo cierto y concreto es que el oficialismo del presente no ha construido una identidad política lo suficientemente autonómica para desprenderse psicológica y fácticamente del su movimiento madre, el peronismo.- Quienes integran sus cuadros, salvo aquellos muy beneficiados con el modelo o que se saben sin cabida en el universo político que se avecina, no se resistirán al cambio, como buenos peronistas, se adaptarán a los nuevos tiempos, a los liderazgos renovados, a las lapiceras flamantes.-
                               Cristina no es Néstor, vaya novedad.- La veo, luego del entusiasmo inicial por su nueva condición de pretenso liderazgo en el llano, más recluida en su lugar en el mundo (El Calafate) que recorriendo los caminos de la patria para evitar el olvido.-
                               Como lo previne al principio, los pronósticos políticos tienen un gran porcentaje de falibilidad.- Sin embargo, hoy y ahora tengo para mí que, con una ideología contestataria y  bastante oportunista, un liderazgo de poder y no de convencimiento, y una dirigencia aglutinada alrededor de las mieles de la abundancia, el movimiento político que hoy está en el gobierno irá perdiendo paulatinamente fuerza, para terminar en el regazo peronista absolutamente disminuido.-
                               El tiempo, así como es casi infalible remedio para los males del presente, suele ser cruel verdugo para las ambiciones futuras que no tengan un sólido sustento.- Veremos.-
                                                   Jorge Eduardo Simonetti

                              
                              
                              
                              
                              
                              
                              
                              


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