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martes, 9 de junio de 2015

EL PAPA Y CRISTINA

¿Se utiliza políticamente al Papa?
27 meses transcurrieron desde que Jorge Bergoglio fue elegido Papa el 13 de marzo de 2013.- Fueron 5 las veces que recibió a la Presidenta de Argentina, Cristina Kirchner, desde entonces.-
La 1ª. con motivo de su asunción como Papa; la 2ª. fue un saludo informal al que Cristina asistió acompañada por diputados y dirigentes de La Cámpora, en Río de Janeiro; la 3ª. fue un almuerzo privado en el Vaticano que duró cuatro horas; la 4ª. fue en la residencia de Santa Marta el último 19 de setiembre; la 5ª. fue el domingo último, en el que charlaron privadamente durante dos horas.-

En casi todos los encuentros, hubo intercambio de regalos, también ayer.- En cada oportunidad, la publicidad oficial del gobierno argentino fue profusa, y también se aprovecharon las fotos para otras cuestiones “non sanctas”, cómo utilizarlas para la campaña electoral de Insaurralde en 2013, o para darle una manito de “santidad” al “Cuervo” Larroque y sus  muchachos de La Cámpora.-
Me siento utilizado por la política de mi país”, declaró Francisco a Televisa mexicana el 13 de marzo de 2015, a dos años de su elección.-  Meses atrás, en una entrevista concedida a la periodista de La Nación Elisabetta Piqué, Francisco había dicho que iba a dejar de recibir a los dirigentes que viajan para buscar rédito político de la imagen del obispo de Roma.-
¿Olvidó Francisco sus palabras? ¿No se siente utilizado por Cristina? ¿Es normal que la haya recibido cinco veces en poco más de dos años? ¿Es usual que en ninguna de las veces, salvo lo protocolar, haya habido un tema puntual de interés mutuo del Estado Vaticano y del Estado Argentino? ¿Dos horas de audiencia privada para hablar de trivialidades? Para charlar sobre el traslado del sable corvo de San Martín y de la remodelación de la Basílica de Luján, ¿no pudieron ahorrarse la reunión pública y hacerlo por teléfono?
El Papa es el Jefe de la Iglesia Católica mundial, y por tanto debe tener una consideración igualitaria con todas las nacionalidades.- Igualmente como Jefe de Estado, los primeros mandatarios de los distintos países deben ser tratados en un plano de igualdad.-
A esta altura, ningún presidente o jefe de estado fue recibido más de una vez (si mal no estoy informado), salvo Cristina, que lo fue cinco veces.-¿Es el privilegio que tenemos los argentinos?
Utilizar el prestigio de un tercero para acercar agua al molino propio, parece ser una “avivada” típicamente argentina, que Cristina emplea casi con maestría, digo “casi” porque a esta altura es un recurso ordinario y reiterativo.- Parece que de aquí a diciembre todavía habrá dos reuniones más entre el Sumo Pontífice y la Presidenta.-
Ahora bien, la relación de “utilización” tiene tres componentes, a mi juicio: el “utilizador”, el “utilizado” y el “objeto de la utilización”.-
El “utilizador” tiene la intención de utilizar, y una razón para ello.- A pesar de no haber congeniado con el Arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, ni haber festejado su designación como Papa, en una rápida “vuelta de campana”, Cristina se convirtió en su más enfervorizada admiradora.- Haberse reunido ya cinco veces, indica que quiere valerse de los valores papales.- ¿Y para qué? Para fortalecer su imagen como Presidenta, y, ahora en 2015, para acarrear agua hacia su molino electoral.-
El “utilizado”, puede tener o no noción de la intención del “utilizador”.- El Papa, que es muy inteligente, la tiene seguramente.- No por nada se quejó del comportamiento de los políticos argentinos.- La pregunta es: ¿se deja utilizar?, en cuyo caso, ¿por qué?
En verdad, no me atrevo a dar una respuesta a esos interrogantes.- Lo único que sí advierto con claridad, es que Cristina saca réditos importantes de las reuniones con Francisco.-
Como cristiano, pienso que no se debe mezclar lo secular con lo sagrado, porque “al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.- Como argentino, los políticos no deben poner en sus boletas electorales la imagen del Papa (hablando en forma figurada, claro está).-
Entonces, les dejo para la meditación: ¿el Papa se deja?, o ¿su visión es mucho más larga, ancha y generosa,  que nosotros, simples mortales, no la advertimos, absortos como estamos en nuestras peleas políticas de pago chico?

                                                   Jorge Eduardo Simonetti

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