http://www.ellitoral.com.ar/366643/Marketing-electoral-y-candidatos-fantasmas
Candidatos detrás de figuras taquilleras
Muchas veces, si las cuestiones vienen confusas, o cuando, a fuerza de repetirlas, nos parecen normales conductas, comportamientos o sucesos que en realidad son contrarios a su propia naturaleza, es el momento de “parar la pelota”, utilizar el razonamiento e ir al fondo de las cosas.- ¿Con qué propósito? Para encarrilarlas por la vía normal, o, en modo contrario, convalidar los nuevnos paradigmas.-
Candidatos detrás de figuras taquilleras
Muchas veces, si las cuestiones vienen confusas, o cuando, a fuerza de repetirlas, nos parecen normales conductas, comportamientos o sucesos que en realidad son contrarios a su propia naturaleza, es el momento de “parar la pelota”, utilizar el razonamiento e ir al fondo de las cosas.- ¿Con qué propósito? Para encarrilarlas por la vía normal, o, en modo contrario, convalidar los nuevnos paradigmas.-
Utilizo
esta introducción para referirme, en este caso, a la elección del próximo 5 de
julio en nuestra provincia, en la que, por el tenor de la campaña electoral,
pareciera que se eligieran cargos ejecutivos, una avivada criolla que a fuerza
de ser repetida en el tiempo, nos parece normal.-
Diferenciados
con el resto del país, en nuestros pagos se vota exclusivamente para elegir
cinco senadores provinciales por seis años y quince diputados provinciales por
cuatro años.- No se eligen gobernador ni intendentes ni secretario de
deportes.-
Un
proceso electoral tiene dos protagonistas centrales: por un lado el candidato,
por el otro el elector, y un tercer elemento que obra como hilo conductor entre
ambos: la campaña electoral.-
El
candidato necesita hacerse conocer para aspirar al voto, el elector necesita
conocer a los candidatos para seleccionar su voto. Afinando aún más el análisis,
diremos que el candidato necesita hacer conocer sus propuestas para solucionar
los problemas de la comunidad a la que aspira representar, los ciudadanos
necesitan conocer dichas propuestas con el fin ya expuesto.-
Propuestas?
Propuestas?
Esto
último, lo de las propuestas, resulta apenas una disquisición teórica sin
pretensiones de una comprobación fáctica, mucho me temo que gran parte de los
candidatos a legisladores carecen total o parcialmente de propuestas que
exhibir, y a gran parte del electorado le importa poco o nada conocerlas.- Es
parte de la desculturización de la política.-
Sea
como fuere, es la campaña electoral el elemento sustancial que debiera
amalgamar temporalmente la suerte y la relación entre los dos protagonistas
centrales de la pieza teatral que, inexorablemente, debe representarse
periódicamente en una democracia: la elección.-
Es
en el tiempo electoral, de tal manera, que la actividad política -hecha de
ideología, principios, partidos, personas, acción- debe ser complementada por
el “marketing electoral” –imágenes, colores, sensaciones, emociones y un
pequeño espacio, cada mes más pequeño, para la razón-, que de modo rudimentario
o elaborado en grado sumo, intenta traducir de manera atractiva la propuesta de
la política.-
El
marketing, que superficialmene definido
es la estrategia para “vender” el candidato y su propuesta, tiene un conjunto
de herramientas que la tecnología ha enriquecido de manera geométrica,
construyendo nuevos paradigmas de comunicación que cambiaron de cuajo el
relacionamiento interpersonal en todo el planeta.-
Nos
estamos refiriendo, obviamente, a la utilización de los instrumentos que
suministran la web en general y las redes sociales en particular, que maximizan
los resultados comunicacionales y bajan sustancialmente los costos, una manera
de democratizar la política (aunque parezca un pleonasmo).-
Una
racionalidad elemental indica que las campañas electorales de los partidos,
deberían estar dirigidas a destacar las bondades de tal o cual candidato, sus
propuestas para el ejercicio de la función pública para la cual se postula, su
pensamiento político general, sus antecedentes políticos, laborales, profesionales,
su especialidad, etc.-
"Frankestein" electoral
"Frankestein" electoral
Ahora
bien, si la política es una actividad identificada con la ética, dónde la
transparencia y la verdad deben conjugarse sustancialmente en la relación
electorado-candidatos, la pregunta es ¿tiene el marketing político la misma
exigencia ética? ¿es válido que a través de la propaganda electoral se haga
pasar gato por liebre? ¿es legítimo vender una imagen, una propuesta, que en
definitiva resulten un engaño para el elector?
Estoy
casi seguro, sin ser un especialista, que los expertos en marketing están tan
avanzados en sus técnicas, que seguramente manejan elementos y estrategias
mediante las cuáles resulte posible construir un “Frankestein” electoral, como
creación casi absolutamente artificial, inexistente en la realidad, que logre
captar voluntades electorales pero que desaparezca como fuego fatuo a la hora
de ejercer la función pública.-
Ubicados
en nuestra Provincia, comencemos por decir que el 5 de Julio se eligen
legisladores provinciales, y, me parece, el marketing político o la propaganda
electoral debe tener su base principal en los candidatos a legisladores y en
sus propuestas, aunque los adornemos con una musiquita, un color, un grito, el
pulgar levantado en señal de O.K., o los dedos índice y anular componiendo la
“V” de la victoria.-
En
pocas palabras, si la política indica que es el turno de la elección de
gobernador, mostremos a los candidatos a gobernador, si es de intendente,
exhibamos los candidatos a intendente, pero si es de diputados y senadores provinciales,
mostremos pues a los candidatos a senadores y diputados provinciales.-
Quizás
los especialistas en el armado de la publicidad electoral puedan objetarnos la
ingenuidad del planteo, porque ellos trabajan en función de potenciar el
producto que vende, y si el gobernador o el intendente o el secretario de
deportes miden, que los candidatos a legisladores vayan en “collera”, semi
ocultos, colgados del personaje taquillero, aunque éste no sea candidato.-
La ética del candidato invisible
La ética del candidato invisible
Sin
embargo, estimo como refractario a la buena fe y a la ética elemental que debe
presidir no sólo la actividad política sino también su marketing, que se
construyan campañas sobre la base de la “invisibilización”, total o parcial, de
quienes verdaderamente deben someterse al voto ciudadano, colocándolos detrás
de la figura convocante que tapa la visual de los electores.-
Es
cierto que los oficialismos, que normalmente ganan las elecciones, son
proclives a mostrar sus logros y figuras ejecutivas, y dar escasa relevancia a
sus candidatos a legisladores.-
Es
que también ello forma parte de una atávica cultura latinoamericana, dónde la
política se construye a través de los ejecutivos, siendo los legisladores
apenas un apéndice circunstancial y secundario.- Es la cultura del “decisionismo”
por sobre el “deliberacionismo” (valgan los neologismos empleados), que alguna
vez hemos dado en llamar una endemia de la democracia: el “ejecutivismo”
patológico.-
La
inexorable persistencia de la “lista sábana”, completa el combo de una
democracia cada vez menos republicana.-
Finalmente,
la pregunta que deberíamos hacernos es: ¿Me interesa conocer a los candidatos a
legislador y a sus propuestas?
Si
la respuesta es negativa, vaya el 5 de julio a la escuela y cumpla con su
obligación electoral de manera mecánica.-
En
cambio, si su respuesta es positiva, menudo problema tiene, porque el marketing
político no se la hace fácil, invisibilizando a los candidatos y callando sus
propuestas (si es que las tienen).-
Encima,
con treinta y ocho boletas en el cuarto oscuro, no le envidio su suerte amigo
elector.-
Jorge Eduardo Simonetti
Jorge Eduardo Simonetti
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