FIN DE CICLO “Entonces Pedro, respondiendo, le dijo:
Aunque todos se aparten por causa de ti, yo nunca me apartaré. Jesús le
dijo: En verdad te digo que esta misma noche, antes
que el gallo cante, me negarás tres veces. Pedro le dijo:
Aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré. Todos los discípulos dijeron
también lo mismo”(Mateo 26:34).- “Y Pedro se acordó de lo que
Jesús había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente” (Mateo 26:75).-
Los dos partidos mayoritarios,
que protagonizaron la segunda parte del siglo XX, han mostrado comportamientos
disímiles respecto a los presidentes surgidos de sus filas.-
El 14 de mayo de 1995, Carlos
Saúl Menem era reelecto Presidente con el 49,94 % de los votos.- Salvo
contadísimas excepciones, todo eran loas para el riojano, estaba en su
apogeo, su política privatizadora era
pesbicitada con un nuevo mandato, luego de la reforma constitucional de 1994.- Néstor
y Cristina Kirchner formaban parte de esa corte de entusiastas que
aplaudían y se prendían de sus éxitos, Daniel Scioli hacía su
aparición en política de la mano de su mentor.- Toda la dirigencia de
peso del peronismo era menemista.-
Sólo unos pocos años transcurrieron
para que Menem pasara, sin escalas, de su condición de “semidios” al
de un “paria” absoluto, repudiado con la misma intensidad por
quiénes antes se habían prendido de su saco para ganar en sus distritos.-
Lo que antes fue el jolgorio consumista del uno a uno, pasó a convertirse en la
década “neoliberal” repudiada.- Muchos Pedros lo negaron, casi todos,
aunque la hora del llanto amargo nunca llegaría.-
Eduardo Duhalde fue designado
Presidente de la Nación por la Asamblea Legislativa el 2 de enero de 2002, en
medio de la profunda crisis económica del país y una situación caótica en
lo social, que hacía peligrar la paz entre los argentinos.- Pacientemente, con
colaboradores eficientes como Roberto Lavagna, fue estabilizando un barco
que escoraba peligrosamente, hasta convertir, en poco más de un año, un país al borde del precipicio en una Nación
con perspectivas de salir rápidamente de la crisis.- El apoyo a Néstor
Kirchner como candidato a Presidente de la Nación, fue fundamental para
que el ignoto santacruceño llegara a la primera magistratura.-
Poco tiempo pasó para que,
desde el nuevo oficialismo que nació empollado por el bonaerense, se
atacara su figura y se utilizara todo el peso del estado para borrarlo del
mapa político de la Provincia de Buenos Aires.- También Duhalde fue
desconocido por sus discípulos y arrumbado en el arcón de los malos
recuerdos.-
Ambos Presidentes de
pertenencia justicialista, sufrieron aquello que parece ser el karma de los peronistas que pierden el poder: el
repudio y el vilipendio de sus propios compañeros, por lo menos de
la mayoría de ellos.-
Es que esa maquinaria de poder,
ese sistema casi infalible de fabricar gobernantes y luego repudiarlos, ese
generoso continente en el que caben todas las ideologías, esa yuxtaposición
casi infinita de dirigentes que manifiestan profesar la doctrina del general de
la ancha sonrisa, tiene una concepción utilitarista de la política, un ADN
inconfundible: “muerto el rey, viva el rey”.- Sólo Perón tuvo
patente de inmunidad hasta cierto punto.-
No ocurre lo mismo con el otro gran partido
nacional, hoy venido a menos.- Illía
y Alfonsín, pasaron a ocupar el altar de los próceres partidarios, forman
parte de la mejor historia de esa divisa, son objeto de respeto y
recordación.- Hasta de la Rúa, que salió eyectado del poder por la
fenomenal crisis de 2001, no tuvo nunca el grado de repudio agresivo que Menem
o el propio Duhalde.-
Hoy, con Scioli o sin él, el
kirchnerismo está dando sus últimos estertores como fuerza predominante.-
Una vez más Cristina fue previsible, cómo lo sucede a todos los
autócratas que abusan del micrófono (Castro, Chávez).- Nada nuevo en su
última cadena, el mismo auditorio, el mismo transporte, el mismo mensaje: Yo,
Néstor y el modelo.- De Scioli, nada.- “El candidato es el
proyecto”, se le escuchó decir, sacándose el sayo de “mariscala de la
derrota”.-
A decir verdad, la exasperante
falta de rebeldía de Scioli, “ninguneado” hasta el final por su fuerza
política, ya no muestra comprensión ni en la propia tropa.-
La doctora, como la llama Asís,
demostró una vez más que no sabe elegir candidatos, Boudou, Zanini y
Aníbal Fernández son la patética demostración.- Tampoco diferencia momentos,
todos los tiempos son lo mismo, los de doblar la apuesta,
nada más conoce.- Su política de “nariz levantada” no la abandonó jamás, ni en estos últimos días en que había que
matizar con una pequeña cuota de serenidad para conquistar a los
independientes.- Pedirle humildad a Cristina es como pedirle misericordia a
Hitler, un objetivo imposible.-
La inexplicable tardanza en
publicar los datos oficiales de la elección del domingo pasado, en realidad
sí tienen una explicación.- Quién desde hace más de una década se
acostumbró a crear “realidades” a su conveniencia o capricho, a “relatar”
su visión a través del monólogo incontestable, a imponer su discurso sin
posibilidades de contraste, claro que hoy no tiene capacidad psicológica
para reconocer o aceptar una realidad que no coincide con sus deseos.-
Está claro que el puñado de
legisladores de paladar negro que deja en el Congreso, los miles
de nombramientos de los pibes inexpertos de la Cámpora en muchas áreas del
Estado, los actores que la aplaudían, o los intendentes y
gobernadores que le sonreían para recibir el cheque, no
serán ya los que vayan a sostenerla como líder indiscutible del
movimiento para el futuro.- Si piensa eso, realmente demostrará que está perdiendo
la guerra contra el desequilibrio emocional, que ya le ha ganado varias
batallas.-
Cuando el helado viento patagónico
se cuele en las rendijas de su residencia en el Calafate, o el frío de los
pasillos judiciales le cale los huesos, se dará cuenta que ya no tiene el
abrigo que confiere el poder omnímodo.- Será el momento de tomar
contacto con la realidad cotidiana de los argentinos, que Cristina no
conoce desde hace muchos años.-
Es dura la vida, es dura la política,
pero más duro es el propio peronismo con los que perdieron el poder, por
esa extraordinaria capacidad de no hacerse cargo de las consecuencias de
sus propios gobiernos del pasado.-
De manera metafórica diré que,
culminado el proceso contra Jesús, éste inició su largo vía crucis cargando
sobre sus espaldas la cruz de la humanidad.- Temo que Cristina transitará
su vía crucis cargando su propia cruz, con la desagradable
sensación que sus compañeros partidarios
la negaron tres veces antes que cante el gallo, sin que luego lloraran
arrepentidos como Pedro.-
Jorge Eduardo Simonetti
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