LOS KIRCHNER Y LOS DERECHOS HUMANOS.- Confieso que siempre me gustó la poesía de Sabina.- Es sugerente, metafórica, contradictoria.-
Versos para soñar y amar, pero también para pensar.-
Cuando
a dúo con Chabuca Granda, el ubetense del sombrerito cantaba “Noches de boda”,
siempre me intrigó aquélla parte que dice “que ser valiente no salga tan caro, que ser
cobarde no valga la pena”, precisamente porque el párrafo se presenta
contrapuesto con el sentido global de la canción, que rescata los verdaderos
valores de la vida humana.-
Si
la valentía es una virtud que consiste en sobreponerse y encarar las
situaciones difíciles, ¿dónde residiría lo virtuoso si la valentía no fuera
gravosa por sus consecuencias reales o potenciales? A contrario sensu, ¿dónde
estaría la ganancia del cobarde si la cobardía no evitara las consecuencias de encarar
una acción riesgosa? La valentía sin riesgo no es valentía, la
cobardía sin beneficio tampoco es cobardía.-
En
verdad, no alcanzaba a interpretar el
sentido del verso de Sabina, hasta que un amigo, ya hace unos años, en una
charla de café, dio un ejemplo de la vida real,
que me hizo entender en el instante el alcance de la expresión.-
En
su reaparición del viernes antepasado, para la inauguración de la segunda etapa
del Polo Tecnológico, Cristina le
tiró por elevación a Mauricio Macri.-
Éste había dicho que con él se terminaría el “curro” de los derechos humanos, en referencia a Hebe de Bonafini y
Sergio Shocklender, que convirtieron a la Asociación Madres de Plaza de Mayo en
una inmobiliaria y son investigados por la millonaria defraudación con los
fondos estatales para vivienda, en el programa “Sueños Compartidos”.-
Dijo
la Presidenta: “Quiero decirles a todos los que escucharon que los derechos
humanos son un curro, que el único curro
fue el que hicieron durante la dictadura los grupos empresarios”.-
Con
el típico estilo presidencial de lanzar acusaciones generalizadas que no tienen
correspondencia con nombres y hechos concretos, me hizo sin embargo meditar
acerca de la realidad argentina sobre una época que marcó a fuego a más de una
generación, una larga noche que culminó felizmente hace casi 32 años, pero que
aún proyecta sus consecuencias sobre el presente.-
No
tengo dudas que la historia le
reconocerá a los Kirchner su política de promoción de los juicios por violación de los derechos humanos cometidos durante
el gobierno de la dictadura militar de 1976-1983.- Pero no fueron los únicos que enfrentaron la problemática cómo creen
serlo, y menos aún los más osados.-
Y
escuchando esas palabras de Cristina el viernes antepasado, recordé el ejemplo
que éste amigo me había dado acerca del significado del verso de Sabina.-
Las
madres y abuelas en los 70’, los abogados que en esos tiempos firmaron hábeas corpus, a ellos sí la
valentía les costaba cara.- También a los que encararon la tarea primigenia de
consolidar la democracia cuando el poder militar era todavía fuerte.-
La transición
democrática en Argentina fue de ruptura y no de salida negociada con los
dictadores (como sí lo fue en otras reinstauraciones democráticas
sudamericanas), Alfonsín los investigó
con la Conadep y la justicia civil argentina los juzgó y condenó, todo a
pesar de las amenazas, los levantamientos y las presiones de un mando militar todavía muy
presente.- A ese Presidente, también la valentía le costaba cara, pero no
se arredraba, menos aún sobreactuaba.-
Pero
este amigo me hizo entender con un ejemplo la validez de los versos de la
canción: ¿Sabés a quién su valentía no
le salió tan cara? A los Kirchner, cuando el 24 de marzo de 2004, en el Colegio Militar, Néstor
tomó de la manga al entonces Jefe del Ejército General Roberto Bendini, lo hizo subir a un banquito y le ordenó bajar los cuadros de Videla y
Bignone en la galería de retratos; o también cuando promovió el justo
enjuiciamiento por hechos de lesa humanidad.- Un flamante Presidente no
necesitaba ser muy corajudo para
cargar contra la dictadura a más de
veinte años de su finalización, menos contra un asustado general de un ejército que resultaba una caricatura de
aquél de los años de plomo o de los primeros años de la democracia, tampoco
cuando los enjuiciados eran personas ya
decrépitas y sin poder.-
Tal
vez también, en ese momento se conjuraron,
por vía del realismo mágico de los versos sabinescos, los actos de cobardía que permitieron en los 70’ hacer negocios en los
fríos confines con la Circular 1050, pero sin firmar “hábeas corpus” en favor
de los detenidos-desaparecidos.-
Todo debe ser apreciado en su contexto
histórico y son las generaciones venideras las que en definitiva tendrán la
perspectiva suficiente para evaluar las conductas.-
Pero
está muy claro que no es lo mismo lidiar
en una democracia en pañales, con las
fuerzas de la oscuridad todavía con mucho poder, y no pactar con las
mismas, llevando adelante una investigación profunda de los hechos aberrantes y
luego realizando un juicio histórico, que probablemente hiciera peligrar a una
joven república, pero que tenía la fortaleza de sobreponerse a los riesgos y
cumplir con una tarea inexorable.- Eso fue valentía.-
Lo
que se hizo en materia de derechos
humanos durante el siglo XXI puede denominarse “justicia”, “memoria”, “verdad”, pero nunca coraje cívico, porque la valentía –parafraseando a Sabina- no
les resultó tan cara.-
Y
¿por qué traemos a colación estas cuestiones? ¿por qué realizamos estas
comparaciones? Simplemente porque el
gobierno, lejos de reconocer la tarea de sus antecesores, se ha presentado siempre como el kilómetro cero de los derechos humanos,
realizando acusaciones genéricas a cuanto se le pongan en el camino, sin
realizar el examen axiológico del coraje cívico de otrora.-
Cuando
de lidiar con las violaciones de los derechos humanos se trataba, una cosa era
ser Presidente de la Argentina en 1984 y otra muy diferente en 2004.-
Es
cierto que estamos cansados de observar cómo
se trae el pasado al presente, con el único
propósito de dividir a la sociedad y
mellar al adversario.- Una táctica que los argentinos mayoritariamente
quieren dejar atrás, para encarar un
camino de reconstrucción de la confianza, del entendimiento y fundamentalmente
de la concordia.-
El
camino que viene no es fácil, pero seguramente mirándonos a los ojos,
reconociéndonos unos a otros, concediendo a todos su parte de verdad, podremos
comenzar a restaurar un tiempo de
normalidad que hace rato reclamamos.-
Lo
haremos, sin tener que escuchar a los que quieren darnos cátedra, dividirnos,
separarnos, enfrentarnos, subestimarnos, mandarnos, callarnos, acusarnos.- Y lo
que es peor, con poca autoridad moral para hacerlo.-
Que valga la cara valentía de los valientes
verdaderos y que les aproveche la provechosa cobardía a los cobardes concientes.-
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