"No conoceréis el miedo. El miedo mata a la gente. El miedo es la pequeña muerte que conduce a la destrucción total. Afrontaré mi miedo. Permitiré que pase sobre mí y a través de mí. Y cuando haya pasado, giraré mi ojo interior para escrutar su camino"
(Letanía Bene Gesserit contra el Miedo)
No
fue en 1976 ni lo dijo Jorge Rafael Videla.- Sucedió en 2017 y la autora de la
terrible frase, “nos tienen miedo”,
es la titular de Madres de Plaza de Mayo Hebe
de Bonafini.-
El
miedo es una emoción que se experimenta como una intensa sensación desagradable provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presento,
futuro e incluso pasado.- Según Sigmund Freud, existe el miedo real cuando está
en correspondencia con la dimensión de la amenaza, y el miedo neurótico cuando
la intensidad de la emoción no tiene ninguna relación con el peligro.-
El
terrorismo de estado era de temer
para los ciudadanos, no existía defensa posible ante la utilización clandestina
del poder público para secuestrar, torturar y matar; más que miedo, terror.- También la violencia política de los grupos armados en los 70, de izquierda
o de derecha, provocaba miedo en la población, ante la perspectiva de una
bomba, una balacera, un secuestro.- Ambos, con sus grados, fueron miedos reales.-
La
pregunta es: ¿Debemos tenerles miedo a
Hebe de Bonafini, a los organismos de derechos humanos, a los manifestantes
de Plaza de Mayo, a los grupos piqueteros que se tapan la cara y blanden
palos?, y en tal caso ¿por qué?
Se
puede ser, doblemente, víctima del terrorismo de estado y victimaria de la
tolerancia y del respeto por el pensamiento distinto
Quien
no viva en Argentina y no conozca a Hebe de Bonafini, creerá advertir una
contradicción, una expresión impropia de alguien que pertenece a un organismo
de derechos humanos.- Pero no, no es una
contradicción, es una expresión que guarda
congruencia con el modo de proceder de una personalidad contradictoria, como la de
Hebe.-
El insulto racista a los bolivianos que
protestaban en la plaza, la descalificación a un periodista por su condición de
judío, el apoyo a organizaciones violentas (como las FARC y la ETA), la
incitación a tomar el Palacio de tribunales, la instigación a utilizar palos y
gases para disolver la protesta del campo, el deseo que no hubiera vuelto
ningún combatiente de Malvinas “por fachos”, su alegría por el atentado a las
Torres Gemelas, los insultos a Juan Pablo II, entre otras tantas lindezas, la exhiben
en su núcleo intolerante y prepotente.-
Hebe
de Bonafini ha demostrado al mundo y en especial a la sociedad argentina, que
es factible ser, doblemente, víctima del
terrorismo de estado y victimaria de la tolerancia y de la convivencia
pacífica.-
El
acto del 24 de marzo terminó por desnudar la verdadera naturaleza de la versión siglo XXI de muchos organismos de derechos humanos: son un partido político que responde a los
intereses del kirchnerismo, ni más
ni menos, el resto pasa a un segundo plano.-
El
gen autoritario y golpista se manifestó el 24M con los helicópteros de telgopor
“Basta de ser democráticos para ser buenitos: me cago en los buenos”, “Macri es un dictador”, fue el mensaje de una Hebe que, en su
afiebrada contradicción, acusa al gobierno de dictadura pero se reconoce a sí
misma como antidemocrática y kirchnerista.-
Cierto
es que hoy el organismo de “Madres” se
encuentra absolutamente desnaturalizado y vaciado
de contenido, la lucha ya no es por el encuentro de sus hijos desaparecidos
y la condena de los culpables del terrible genocidio, sino por la toma del
poder, de cualquiera manera, aunque más no sea repartiendo “helicópteros” de telgopor que ponen de manifiesto su gen
autoritario y golpista.-
Dos
consecuencias gravísimas tiene, me temo, el hecho de calificar al gobierno como
una dictadura y a Macri como dictador.- La primera es la banalización del concepto, esa
liviandad en la utilización de un calificativo reservado para los gobiernos más
tremendos de la humanidad.- A partir de ello, todo ingresa en el terreno del
relativismo: Macri es Hitler y Carnera es San Martín, como en “Cambalache”.-
La
que sigue es la instalación de la teoría del derecho a la resistencia de los 70, contra lo que se considera “dictadura”.-
¿A cuánto estamos para que el ADN se abra paso, salga a la superficie y los
muchachos de la capucha y los palos perforen
los límites de la protesta pacífica?
¿A
cuánto estamos para que el ADN de los violentos salga a la superficie y perfore
los límites de la protesta pacífica?
En
el acto del 41° aniversario del golpe militar que engendró el gobierno más
sangriento de la historia argentina, se patentizó la clara raya divisoria que las organizaciones kirchneristas han trazado en
el seno del pueblo argentino.-
Quienes
se autotitulan como únicos
representantes de los derechos humanos en la Argentina, han vetado a la mayoría
de la sociedad y la han colocado del otro lado de la acera.- Si no sos
kirchnerista, sos de la dictadura, esa es la ecuación simple de la nueva
contradicción.-
De tal modo, desde ahora, los 24 de marzo son
una fecha kirchnerista de conmemoración, en la que la gente común nada tiene
que ver.- Ellos mismos, los apropiadores
de los derechos humanos, lo han dicho.-
Se
les nota la exasperación cuando el
gobierno no confronta, eso los descoloca, porque la única manera que entienden
la política es a través de la confrontación,
y para eso necesitan un enemigo fuerte.- Entonces, les surge la sobreactuación: calificar al gobierno
de Cambiemos como dictadura, una inventiva que ni ellos mismos se la creen.-
Las
organizaciones afines al kirchnerismo se encargaron de dejar fuera de los
derechos humanos a la mayoría del pueblo argentino
La transición democrática en Argentina fue de ruptura y no de
salida negociada con los dictadores (como sí lo fue en otras reinstauraciones
democráticas sudamericanas), Alfonsín los
investigó con la Conadep y la justicia civil argentina los juzgó y
condenó, todo a pesar de las amenazas, los levantamientos y las presiones de un
mando militar todavía muy presente.-
Néstor
Kirchner ni fue el único ni el más valiente luchador, no necesitó como Presidente ser muy corajudo para cargar contra la dictadura a más de
veinte años de su finalización, menos contra un ejército que resultaba una
caricatura de aquél de los años de plomo o de los primeros años de la
democracia, tampoco cuando los enjuiciados eran personas ya decrépitas y sin
poder.-
Para
Néstor Kirchner los derechos humanos no fueron una cuestión de convicción, sino
una estrategia exitosa de construcción política
Sin
embargo, el relato se olvidó de la
historia e instaló la ficción.- Nada se dijo el 24 de marzo de 2017, de
Raúl Alfonsin, de la Conadep,
de Ernesto Sabato, René Favaloro, rabino Marshall Meyer, monseñor Jaime de
Nevares, Eduardo Rabossi, Magdalena Ruiz Guiñazú, Graciela Fernández Meijide, del fiscal Julio César Strassera, de Moreno
Ocampo, de los jueces de la Cámara Federal Carlos León Arslanian, Ricardo Gil
Lavedra, Jorge Valerga Aráoz, Jorge Torlasco, Guillermo Ledesma y Andrés
D’Alessio, entre tantos otros.-
Los
dirigentes de derechos humanos en Argentina hoy ya no tienen miedo, lo generan, al decir de Hebe.- La mirada
cíclope los ha vuelto sectarios, autoritarios e intolerantes, con la
peligrosa creencia de pensarse como los dueños de la verdad.-
Entretanto,
la mayoría del pueblo argentino no se tapó un ojo para ver la movilización del
24 de marzo, y sacó sus propias conclusiones.-
Jorge
Eduardo Simonetti
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