CRISTINA: UNA VICTIMIZACIÓN AUTORREFERENCIAL.- La justicia no existe, existen los jueces.-
A
propósito de la catarata de sucesos con motivo de la investigación de actos de
corrupción durante la gestión kirchnerista, se renueva el debate acerca del
significado de este “revival” de la
estructura judicial, que permaneciera adormecida durante varios años.-
Desde
el atril político en la puerta del Juzgado, construido por los
“cristinos”, la ex presidenta se presentó ante sus partidarios, alegó persecución política y se comparó
con Irigoyen y Perón.- Una victimización
autorreferencial con previsible teatralización incluida.- No podía
esperarse otra cosa, es Cristina.-
Desde el otro lado, en el que se
inscribe gran parte de la sociedad, piensan
que tardíamente la justicia ha comenzado a actuar conforme es su
obligación.-
El debate está planteado: revanchismo o verdadera justicia.-
El
manual de instrucción cívica nos dice que la república tiene tres poderes.- El
ejecutivo es unipersonal, se expresa mediante decisiones emanadas de una
voluntad única, el presidente.- En el legislativo, si bien es un poder
colegiado, la única voluntad decisoria es la del cuerpo (mediante el mecanismo
del voto), los legisladores contribuyen a formarla pero no la tienen por sí mismos.-
El Poder Judicial, en cambio, es un
poder que tiene tantas voluntades
decisorias como jueces hayan.- Cada uno, desde el pedestal de su
competencia y ámbito territorial, tiene el poder de la jurisdicción (decir el
derecho), en cada caso concreto.-
Por
ello es que decimos que no existe la Justicia como sujeto, existen los jueces.-
Cuando nos referimos a la independencia judicial, hacemos referencia a los
jueces, porque la justicia es un valor
abstracto, que como tal puede o no
corporizarse en cada una de las
conciencias de las personas que ejercen la magistratura.- Creer en la
justicia es adherir al parámetro social de que la misma puede ser impartida por
seres humanos.- Creer en los jueces, es otra cosa.-
Por
ello, se nos ocurre calificar al
judicial como el poder de las mil caras, la de cada uno de los magistrados
que la integran y que diariamente producen decisiones que cambian la vida de
los ciudadanos, disponiendo de su libertad, de su honor, de su propiedad.-