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domingo, 7 de febrero de 2016

EL DOBLE RASERO DE LA HIPOCRESÍA

BATALLA POLÍTICA Y BATALLA SOCIAL.- Por imperio de la ley y de una ética mínima, los gobernantes tienen la obligación de ser justos, de actuar con imparcialidad, de dar un tratamiento igualitario a los gobernados.- Obviamente, ello raramente sucede en estos tiempos.-
                               Sin embargo, el interrogante que formulo está referido al  ciudadano, si como integrante de una comunidad política, tiene la obligación de conducirse con parámetros individuales de justicia.- 
                               En estas mismas páginas, hace tiempo escribí que “en términos platónicos, debemos hacer prevalecer en nuestros propios comportamientos individuales la parte del alma racional, aquélla que se relaciona con la sabiduría y consecuentemente con un proceder justo en nuestros actos y juicios individuales”.
                               También dije que “en la vida, los seres humanos tomamos las opciones que ella nos presenta.- Tenemos una idea u otra, educamos de una u otra manera a nuestros hijos, tenemos una opinión política u otra, optamos por una u otra religión o somos ateos, acertamos o nos equivocamos, apreciamos los hechos de la vida desde la visión de cada sujeto, es decir desde una posición lógicamente “subjetiva”.- Sin embargo, ello no nos exime de la obligación ética de aspirar a un comportamiento justo, de hacer primar en nuestras decisiones, en nuestros juicios, en nuestras conductas, la parte del alma racional que es propia de los hombres sabios, por encima de las pasiones, los instintos, los odios y los amores”.
                               Concluí que “sólo así seremos parte de una sociedad justa, y de tal manera tendremos gobernantes más justos”.
                               Venimos de un tiempo de confrontación política y social, dónde todo dejo de imparcialidad fue despedido por la borda, para reemplazarlo por trincheras de confrontación y desmesura.-
                               De tal manera, la influencia de un comportamiento injusto no sólo pudo ser generado desde abajo hacia arriba, sino más fácilmente desde arriba hacia abajo.-