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domingo, 6 de noviembre de 2016

LA INVASIÓN DE LOS IDIOTAS

INTERNET Y REDES SOCIALES
“El drama de Internet es que ha promovido al tonto del pueblo como el  portador de la verdad" (Umberto Eco)
                                El filósofo, semiólogo y escritor italiano, en entrevista concedida poco antes de su muerte en febrero de este año, fue tajante al referirse a las redes sociales: “le dan derecho a la palabra pública a legiones de idiotas, el mismo derecho que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas”.-
                               Mal que le hubiere pesado a Umberto Eco, internet y las redes sociales han venido para quedarse.- Desconocer esa realidad es vano intento de tapar el cielo con las manos.-
                               A marzo de 2016 la población mundial era de 7.400 millones.- 3.200 millones son usuarios de internet, de los cuales 2.300 millones son activos.- Sólo el año pasado se incorporaron a las redes sociales como usuarios activos 174 millones.- Hoy hay 1 millón de nuevos usuarios por día sólo a través de teléfonos móviles.-
                               El gigante Google, alberga una cifra de 30 mil millones de páginas web y procesa mensualmente 100.000 millones de búsquedas (40.000 por segundo).- Messenger y Whatsapp manejan 60 mil millones de mensajes diarios.-
                               Números más o menos, los usuarios de las redes sociales son siderales.- Facebook cuenta con 1.700 millones, You Tube con 1.000 millones, Instagram con 400 millones, Twitter con 320 millones, Google + con 300 millones, Linkedin con 300 millones, entre otras.-
                               El 62% de inicios en redes sociales corresponden a Facebook, que acumula un promedio de más de 8.000 millones de vistas de video al día.- You Tube registra  mil millones de vistas de videos al día sólo en teléfonos celulares.- En Instagram, la más popular entre los jóvenes, se comparten 80 millones de fotos al día.- En Twitter se envían 500 millones de tuits diariamente.-
En  el tiempo de la cibersociedad, el documento de identidad del ciudadano ha sido reemplazado por el password del usuario
                               ¿Decimos con el filósofo italiano que internet ha permitido el éxito de la revolución de los idiotas? ¿Estamos con Eco cuando critica la publicidad que ha dado la web a la opinión de los imbéciles en el mismo nivel que los premios Nobel? ¿Comporta la red una forma de progreso social e individual o constituye el envilecimiento del conocimiento y la banalización de las relaciones humanas?

                               Los números fríos nos indican una realidad caliente: en el mundo actual, internet y las redes sociales por su intermedio, constituyen ya una extensión del ser humano, inciden de tal manera en su comportamiento y personalidad, que muchas veces éstas resultan moldeadas por la realidad virtual, que no siempre coincide con la realidad fáctica.-
                               Se ha dicho, con cierta razón, que estos medios tecnológicos constituyen una prolongación de nosotros mismos, imponemos conductas y realidades que adquieren importancia o validez a través de la magnitud de las adhesiones recibidas, los “like” ya famosos.- Pero a su vez, así como alimentamos la realidad virtual,  somos influenciados por ella,  en un campo difuso que no diferencia lo atractivo de lo verdadero.-
                               Creo que el debate hoy ya no hace centro en su realidad ontológica, el interrogante no es existencial, el mundo virtual existe, está entre nosotros, forma parte de nuestra rutina diaria, ha generado un entramado de relacionamientos, información profusa, comunicación instantánea, convivencia “a un click”,  que no tenemos duda en calificar  este tiempo como “época 2.0”.-
                               La vida en esta cibersociedad es distinta a la tradicional, tanto que el ciudadano ha sido casi reemplazado por el usuario y el número de  documento de identidad por la contraseña.- Existimos en tanto somos usuarios, y somos reconocidos en los espacios cibernéticos por el “username” y el “password”.-
Reconocer el fenómeno tecnológico significa hacerlo amigable para el desarrollo material y espiritual del ser humano
                               La discusión pasa por su aspecto utilitario, la mejor manera de aprovechar la tecnología para mejorar la calidad de vida del ser humano, hacerlo mejor persona, poner a su disposición las herramientas que le posibiliten un progreso material y espiritual.-
                               Tengo para mí que internet constituye, por lejos, la creación del espacio más democrático desde la plaza pública de los tiempos de la antigua Grecia.- Su cuerpo principal se moldea día a día por miles de millones de individuos que no están sujetos a normas preestablecidas, salvos las derivadas del cumplimiento de la ley y del respeto mutuo.-
                               Los gobiernos no intervienen (no deberían hacerlo) en el contralor de contenidos, tampoco existen sabios que indiquen la calidad de los aportes o de las páginas, las opiniones no pasan por un tamiz de orden intelectual.- Por ello, obviamente, hay de todo en ese verdadero caldero del intercambios,  opiniones e información, cosas valiosas, otras no tanto y muchas directamente desechables.-
Internet constituye, por lejos, la creación del espacio más democrático desde la plaza pública de los tiempos de la antigua Grecia
                               El contenido de internet, y las redes sociales en particular, son avenidas de ida y vuelta, que precisan de una actitud proactiva del individuo, que ya no se encuentra en una posición pasiva en relación al medio (radio, televisión).-
                               De tal modo, sus usuarios requieren una formación mayor que la del mero televidente u oyente, para diferenciar lo real de lo imaginario, lo fundado de lo infundado, la verdad de la mentira.-
La educación es el único medio para impedir que la proliferación de los idiotas termine acabando con la opinión de los premios Nobel

                               La cantidad y calidad de la información es inmanejable en función de las nuevas tecnologías y la multiplicidad de fuentes, es tanta y tan variada,  con alcances casi infinitos, que debemos prepararnos para lidiar con ella, para que no nos cope el cerebro, que nos deje espacio para el pensamiento, la razón, los sentimientos, las relaciones,  la capacidad de discernir.-
                               Es simple y a la vez difícil: no permitir que el exceso de información nos genere un déficit de formación.- Es la única manera que tenemos de separar la paja del trigo.-
                               En el ámbito escolar se discute por estos días la posibilidad de autorizar el uso de los “smartphones” en el aula, para contribuir al desarrollo educativo.- A favor o en contra, la discusión ya no es actual, no puede impedirse el ingreso de aquello que ya está dentro, que forma parte de nuestra vida diaria.- La verdadera discusión debe darse sobre las maneras de darle utilidad académica e impedir su uso recreacional durante el tiempo de estudio.-
No perder la capacidad de discernir, enfrentando el exceso de información cibernética con el fortalecimiento de la formación personal
                               Asimismo, como elemento negativo, las redes sociales han generado una sensación de despersonalización e impunidad, que muchas veces nos conducen a no cuidar nuestro vocabulario o a utilizar la agresión como modo de imponer nuestras ideas.- Con la interlocución virtual  se han perdido o han disminuido los frenos inhibitorios que normalmente tenemos ante situaciones presenciales, dando paso muchas veces al insulto y la descalificación personal.-
                               La opción se encuentra clara en estos días.- Reemplazar la invasión de los idiotas de la que nos hablaba el filósofo italiano, por la revolución de los cuerdos, de los inteligentes, de los sensatos, de los capaces.-
                               Entonces, los principales esfuerzos no deben volcarse en mejorar los contenidos de la web, sino en mejorar nuestras propias capacidades, fortalecer nuestra formación, con el declarado objetivo que los idiotas queden en evidencia y no equiparen a los premios Nobel.-
                                                           Jorge Eduardo Simonetti

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