Tres
días hábiles, apenas tres, son los que
necesitó el fiscal de casación Javier de Luca para cargar el arma argumental y
darle el tiro de gracia en la cabeza a la denuncia de Alberto Nisman contra la
Presidente y el Canciller por encubrimiento en la causa AMIA.- No necesitaba
muchos más, sólo debía completar el trabajo que iniciara el juez Daniel Rafecas
y que continuara la cámara federal de
Jorge Ballestero y Eduardo Freiler.- La denuncia de Nisman ya se
encontraba en el piso, indefensa, herida de muerte, no fue difícil rematarla .-
Desde
que Nisman formulara la denuncia, el 14 de enero de 2015, hasta que de Luca le
diera conveniente sepultura, transcurrieron
tres meses y seis días.- En tan breve lapso, apenas un instante en los
tiempos exasperantes de la remolona justicia argentina, una de las causas más
graves de la Argentina, que involucraba al poder en el más alto nivel, pasó por
tres instancias judiciales y tuvo el triste final que conocemos.-