Por JORGE EDUARDO
SIMONETTI
El
tiempo preelectoral no sólo es un período de preparación para la contienda.- Es
también el momento propicio para asistir al espectáculo decadente de las
debilidades humanas, la poca confiabilidad de la política, de los partidos y de
los hombres, que en pos de sus egoísmos personales y sectoriales, no trepidan
en demostrar conductas inconsistentes, contradictorias, cuando no
desvergonzadas.-
“Se
dice que la política es la segunda profesión más antigua del mundo. He acabado
dándome cuenta de que guarda un gran parecido con la primera”, bromeaba en 1977
Ronald Reagan.- Se refería, obviamente, a la prostitución cómo espejo de la política.-