EXILIARSE O MORIR.- Leía en un periódico: “¿Cómo fue posible que un régimen de esta índole, manejado por rufianes descarados y explícitos, que no sólo cometían a diario innumerables fechorías, sino las filmaban en cientos, acaso miles de vídeos, que documentan día a día las dimensiones vertiginosas de la corrupción, fuera, durante buena parte de estos diez años de oprobio, un régimen popular?”
El diario en el que se puede leer el artículo no es Clarín ni La Nación, tampoco su autor es argentino, no está publicado en 2016, y, aunque parece describir con elocuencia la corrupción pública en la Argentina del siglo XXI, no se refiere a nuestro país.- La nota de opinión fue publicada por el diario El País de España el 9 de diciembre de 2001, su autor es el Premio Nobel Mario Vargas Llosa, y se refiere al Perú de Alberto Fujimori.-
Nos da ello la pauta que la corrupción tiene denominadores comunes que trascienden las épocas, las geografías y las ideologías.-
Alberto Kenya Fujimori Fujimori, Presidente del Perú entre el 28 de julio de 1990 y el 21 de noviembre de 2000, considerado un político de derecha, fue condenado por la justicia peruana a 7 años y medio de prisión, por los delitos de peculado doloso, apropiación de fondos públicos y falsedad ideológica en perjuicio del estado.- Se halla cumpliendo, además, una condena por crímenes de lesa humanidad, purgando un total de 25 años.-
La organización Transparency Internacional estimó en unos 600 millones de dólares la fortuna amasada ilegalmente por Fujimori durante los diez años que estuvo en el poder, de los que 160 han podido ser recuperados por el estado peruano.- Siendo Presidente, en 2000 se autoexilió en el Japón, fue extraditado de Chile en 2005, en un viaje que realizó a dicho país.- Cumple su sentencia en el Perú.-
El patrón contracultural de la corrupción, puede advertirse común en muchos lugares, desde Marcos en las Filipinas, Duvalier en Haití, Ceucescu en Rumania, Salinas de Gortari en México, Fujimori y Montesinos en Perú, hasta el Brasil de Dilma y Lula o la Venezuela de Chávez y Maduro.-
La corrupción no tiene ideología, no es de derecha ni de izquierda, la peruana de Fujimori tiene muchos puntos de contactos con la argentina de los Kirchner, aun cuando el primero fue un político de derecha y los segundos se autotitularon portadores de una ideología de izquierda, inaugurando lo que se dio en llamar el “ladriprogresismo”.-