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domingo, 24 de diciembre de 2017

UN REGALO DE NAVIDAD

AJUSTE PREVISIONAL
 “Gran parte de la participación en sistemas políticos democráticos y competitivos contiene algunos elementos de presión y manipulación”
Adalberto Agozino – “Violencia política en el siglo XXI
                               En los sucesos que culminaron con la sanción de la ley de reforma previsional, me surgieron dos preguntas: la primera, ¿cuánto de legitimidad tiene el ajuste a los jubilados?; la segunda, ¿cuánto de motivación previsional tienen las protestas violentas?
                               Diseccionar los  componentes de las movilizaciones callejeras, tiene que ver con aquello que Erich Fromm dio en llamar “la anatomía de la destructividad humana”, que se da con particulares características en esa simbiosis ancestral entre la política y la violencia.-
                               En el caso particular de los sucesos de los últimos días, va de suyo que las hordas que arrasaron el centro porteño con capuchas,  piedras, palos, elementos incendiarios y otros instrumentos de agresión, dan cuenta de una estudiada organización e importante financiamiento.- Es la continuidad de un piqueterismo que antes era oficialista y hoy es oposición, aunque siempre profesionalizado y al servicio de los intereses convergentes de patrones políticos y dirigentes del fútbol.-
                               En este caso, el gobierno se la dejó servida.- Ajustar a los jubilados, y para colmo hacerlo a fines de año, no podría ser otra cosa que un caldo de cultivo extraordinario para fertilizar las semillas de violencia diseminadas en la sociedad.-
                               La morfología de esta violencia callejera no fue sólo por los pasivos.- Mucha gente se sintió perjudicada con la medida oficialista y salió a protestar, pero la razón más poderosa es la misma que los disturbios por Santiago Maldonado.- Es que tal como se presenta el panorama judicial,  la única posibilidad que maneja el cristinismo de evitar la cárcel, es el caos, la anarquía y la disolución democrática.-
                               La lejanía del poder es directamente proporcional a las propuestas impracticables y a la metodología violenta.- La izquierda nunca gobernará en la Argentina, el kirchnerismo no lo hará nunca más.- Son los dos sectores políticos que fogonearon la protesta.-
la violencia no sólo está en la calle, sino también en los recintos de la democracia, con diputados que pretendieron imponer su voluntad a través de los gritos y las agresiones
                               La violencia política tiene múltiples formas, desde el terrorismo,  la guerrilla armada, pasando por los piqueteros que cortan el paso, las piedras, los palos, los atentados, etc.- Esta forma de violencia se practica puertas fuera de las instituciones.-

                               En cambio, lo que llamo con el neologismo de “violentocracia”, es la que se lleva puertas adentro, con el objeto de torcer, imponer o impedir que los poderes del estado se pronuncien en un determinado sentido, es violencia “intrapoder”.-
                               La protesta callejera es un clásico argentino.- Lo novedoso es la mecánica de los insultos, las amenazas, los empujones en el recinto, para evitar que se conforme la voluntad legislativa en un determinado tema.-
                               Esto es lo que hicieron los Máximo Kirchner, los Leopoldo Moreau, los Andrés Larroque (diputados, todos ellos), que terminaron por lograr que el cuerpo legislativo no pudiera sesionar el 14 ppdo.- Es decir, gobernaron con la violencia dentro del propio cuerpo al que pertenecen.- Gravísimo y antidemocrático.-
                               Cuando fueron gobierno, los muchachos kirchneristas no se anduvieron con vueltas, impusieron el número sin debate.- Ahora que son minoría, quieren seguir manejando la voluntad legislativa a fuerza de insultos y empujones.- De la “democracia” a la “violentocracia”.-
                               Esta es la contradicción principal en la Argentina del cuarto lustro del siglo XXI: democracia o violencia.- Apenas a un mes y medio de perder la elección, la oposición optó por la violencia para imponer su punto de vista.- Gracias a Dios, la mayoría del pueblo argentino está inscripta en la opción opuesta.-
                               ¿Quiere decir ello que el gobierno actuó de manera legítima para la reforma previsional? Legal  sí, legítima no, según mi parecer.-
Hoy hay dos debates principales en nuestro país.- El uno, si es posible la convivencia democrática con tamaña dosis de violencia.- El segundo, si el reparto de las cargas no se está inclinando peligrosamente hacia el sector más débil
                               Pasó apenas una semana de las elecciones de octubre, cuando el Presidente Macri anunció las reformas.- Ello significa que ya estaban decididas y se las ocultó a los electores.- Esa es la estafa de la política, la falta de legitimidad de las decisiones, la “capitis diminutio” del ciudadano.- Mentir u ocultar información trascendente previo al acto electoral, para después venirse con medidas que debieron ser anunciadas en el tiempo previo.-
                               ¿Qué se iban a perder votos? Probablemente, pero tal vez se ganaba en confianza e integridad.- Decir la verdad, nunca puede ser malo, a la larga siempre se gana.-
                               Todavía recuerdo las palabras de una candidata de Cambiemos en nuestra Provincia que, con terminología paternalista, juró y perjuró proteger a “nuestros abuelos” (señora: somos abuelos de nuestros nietos, no de políticos demagogos), para terminar votando el ajuste previsional con las dos manos.-
                               Pero para el gobierno no hubo ajuste sino mala comunicación.- Lo malo es el chiste.- La gente entendió bien, un ajuste puro y duro de las jubilaciones.-
                               Todavía no se produjo el milagro matemático que convierta en verdadero el “teorema de Tonelli”, mediante el cual “perder dinero es ganar poder adquisitivo”, o el “paralogismo de Dujovne”, “gastar en el sistema previsional 70 mil millones de pesos menos por año es beneficiar a los jubilados”.-
                               Ahora bien, ¿son los kirchneristas los señalados para “rasgarse las vestiduras”?.- Definitivamente no.- Son ellos los principales responsables de haber desequilibrado el sistema jubilatorio en la Argentina.-
Sacarle 70 mil millones anuales al sistema previsional, aquí y en la China se llama ajuste.- De cualquier modo, los responsables de la crisis del sistema previsional son los kirchneristas y sus primos massistas
                               Para que un sistema jubilatorio funcione, deben haber de 3 a 4 trabajadores activos por cada jubilado.- Hoy esa proporción en Argentina es de 1,7, merced a la “generosidad” kirchnerista, que de 3 millones de jubilados con aportes, aumentó la cifra a más de 6 millones, mediante las jubilaciones sin aportes, sumando además a los que reciben AUH y Asignaciones Familires, que hacen un total de quince millones de personas que dependen del dinero del Anses.-
                               La ex presidenta destrozó el sistema jubilatorio.- Privatizó las AFJP para hacerse de una monstruosa caja política.- Esa idea le valió la vicepresidencia a Boudou.- Vetó la ley del 82% móvil, el 70% de los jubilados cobraron la mínima en su gobierno, nunca pagó los juicios previsionales y regaló jubilaciones de manera irresponsable a costa de la estabilidad del sistema.-
                               Hoy, el 42% del déficit financiero del sector público nacional, se debe al sistema previsional.- En ese marco, uno se pregunta si el gobierno manejó con equidad la cuestión.-  ¿No hubiera sido mejor un manejo diferente del sistema impositivo, de manera que el peso del ajuste no caiga casi exclusivamente en los jubilados (recordemos la baja de las retenciones y de otros impuestos)?
                               Para los que creemos que  un estado  debe equilibrar la balanza, es indudable que la justicia social sale severamente dañada como valor humanamente destacable.- Para los que se atienen  a los principios liberales sin  concesiones, las medidas son una manera de comenzar a poner orden en el caos estatista.-
                               El gobierno debe dejar de usar eufemismos y reconocer que hizo un ajuste a los jubilados.- La oposición kirchnerista y sus primos del massismo,  deben dejar la hipocresía de lado y admitir que son los causantes de un sistema que cruje por todos lados.-
                               Y los jubilados, finalmente, aprestarse a recibir un cinto con tres agujeros más, como regalo navideño de oficialistas y opositores.-
                                                           Jorge Eduardo Simonetti
*Los artículos de este blog son de libre reproducción, a condición de citar su fuente

                              
                              
                              
                              




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