MUROS DE INDIFERENCIA
“¿Ha llorado
alguien? ¿Ha llorado alguien hoy en nuestro mundo?”
(Papa Francisco)
Siento la necesidad de referirme a un caso que me toca muy de cerca.-
Cuando en la Argentina transcurría la peor y más sangrienta de las dictaduras,
hace casi cuarenta años, un familiar migró hacia Bolivia.- Luego de los tiempos
iniciales de incertidumbre, con su cónyuge pudieron construir una buena vida,
ejercer su profesión con marcado éxito, ser profesores universitarios, vivir
como un boliviano más, trabajar, compartir, pasear, transcurrir en una tierra
que los adoptó.-
Hoy
el mundo está inmerso en la dinámica
perversa del estigma, en el rechazo
instintivo a lo extraño, a lo distinto, a lo diverso, a lo que conocemos
poco, al que tiene la piel distinta, al que habla un idioma que no es el
nuestro, al que viene de determinados lugares del planeta, al que profesa otra
religión.-
Vivimos temerosos a que nos pongan una
bomba, nos quiten posibilidades laborales, nos metan la droga, nos roben, nos
maten.- Y no somos sólo nosotros, los argentinos, la dinámica es mundial.-
El
avance de los movimientos de derecha, el brexit, Trump, no son indicadores casuales, antes bien causales de
esa “malignización” de lo extranjero,
especialmente si los extraños son pobres y de piel más oscura.-
No
es sólo el auge del nacionalismo ultramontano y la aparición de dirigentes
providenciales que prometen recuperar el
orgullo nacional.- Es principalmente la propagación social del “pánico
moral” sobre la inmigración, descripto como un temor extendido entre un gran
número de personas que tiene la sensación que los inmigrantes son un mal que amenaza el bienestar de la sociedad.-
El mundo está
inmerso en la dinámica perversa de estigmatización del extranjero
Argentina se hizo grande a fines del
siglo XIX y comienzos del XX, a partir de la apertura generosa al ingreso de mucha gente de otras latitudes, de
los que la mayoría somos descendientes.- Los Estados Unidos, ese país al que
todos miramos para bien o para mal, construyó el “sueño americano” que Trump
promete rescatar, a partir del trabajo, el esfuerzo y también, hay que decirlo,
la explotación laboral de muchos
extranjeros, especialmente latinos.-
Las migraciones, incluyendo las
migraciones masivas, no tienen nada de novedoso en el mundo, son parte de la modernidad, aun cuando
ocasionalmente puedan verse incrementadas por situaciones de inestabilidad en
otras partes del planeta.-
El ser humano tiene el derecho inalienable
de buscar mejores condiciones de vida para sí, para su familia, también de
escapar de la guerra, del sometimiento, del totalitarismo.- Obviamente, ello
genera el traslado de personas de países en guerra, de regímenes autoritarios,
de naciones pobres, hacia regiones más favorecidas y desarrolladas, lugares
dónde se respeten los derechos humanos.-
Muchos
habitantes de esos países receptores, tal vez acuciados por la precariedad laboral o el temor existencial,
miran a la inmigración como competencia para conseguir empleo o como
potenciales terroristas o delincuentes.-
La propagación
social del pánico migratorio, ha convertido a muchos en monstruos de
discriminación, xenofobia y chovinismo
Y,
casi sin darnos cuenta, comienza a crecer entre nosotros un sentimiento descontrolado
de aversión a lo “extraño”, una apreciación desnaturalizada o exagerada de las
consecuencias, hasta convertirnos, en algunos casos, en monstruos de xenofobia, racismo y chovinismo.-
El
pueblo norteamericano lo tiene a Trump, un multimillonario constructor de
edificios que, en su ignorancia y simplificación de las cosas, sirvió electoralmente
para canalizar los miedos y los temores de una parte importante de esa
sociedad, a partir de promesas de muros y medidas de impacto.- ¿Le servirá
también para gobernar al país más poderoso del mundo, que hoy el resto mira con
preocupación por el crecimiento de la
tensión universal?
Temo
que el magnate de las horribles corbatas se encuentra encerrado en el dilema de
sus propias promesas.- Y como del ridículo pocas veces se vuelve, realiza
algunos movimientos que aparentan constituir los primeros movimientos para
construir el muro que divide la frontera
con México, un verdadero despropósito, o medidas de prohibición de ingreso al
país, que causan protestas masivas, o movimientos de guerra que pueden
llevarnos a tiempos dramáticos.-
Los muros de la
ignorancia y el miedo, son vallados más infranqueables que los muros físicos
El reconocido
sociólogo polaco Zygmunt Bauman,
recientemente fallecido a los 90 años, en su último libro, “Extraños llamando a
la puerta”, nos refiere al filósofo del siglo XVIII, Immanuel Kant, que ya por aquellos tiempos sostenía que para lograr
la paz mundial, debía sustituirse la
actitud de “hostilidad” por la de “hospitalidad”.-
El
“derecho de visita”, como lo llamaba el prusiano, constituía la base de la convivencia del hombre
con el hombre, de cualquier nación del mundo, unos con otros.- Ya no quedan tierras libres para colonizar, como
otrora, sólo nos queda “el derecho
cosmopolita de la hospitalidad universal” (Kant, “Tercer artículo
definitivo hacia la paz perpetua”).-
Es eso, o la guerra perpetua, en el que
las fronteras se constituyan en muros físicos y morales que separaren
definitivamente el género humano, tal como lo pregona Trump, y que alguna vez
fue realidad en la ciudad de Berlín.-
El
mundo virtual es, a la vez que perturbador, revelador de los pensamientos más
profundos del ser humano, esos que muchas veces no queremos que salgan a la luz
por ser políticamente incorrectos, pero
que exponemos casi sin temor en la masificación de las redes sociales.-
En
la Argentina, por lo común hay dos
clases de actitudes respecto a la inmigración, que se exponen por internet.-
Está el que, con alguna base de coherencia y poca de humanidad, admira la política de Trump y a la par
rechaza o cuestiona en nuestro país la inmigración proveniente de países de
la América morena.-
Son muchos los
argentinos que piensan que los inmigrantes de la América morena son un mal que
amenaza a la sociedad
Pero
hay un segundo grupo de argentinos que, practicando un verdadero doble estándar moral, critica a Trump
por su política xenófoba, se conduele
con el cadáver de un niño en las playas turcas, pero tiene
aversión a la inmigración de bolivianos, paraguayos, peruanos, pidiendo a
gritos una política gubernamental de contención.-
Las
leyes existen y son claras, no al
ingreso de extranjeros con antecedentes penales.- Pero entre ésto y una
oposición a su llegada por el sólo hecho de su origen, hay un campo, un campo
de inhumanidad, de discriminación, de indiferencia.-
Los
propios connacionales hemos explotado a los bolivianos en el trabajo agrario y textil.- Pero muchas familias de
ese país se han organizado y hoy tienen sus propios emprendimientos agrícolas,
que ayudan a la mesa de los argentinos,
y sus pequeñas empresas textiles, que abaratan los precios de la ropa.-
Argentina
tiene un grave problema energético, el gas es como el agua en los meses de
invierno.- Importamos gas licuado de petróleo, por barco, a U$D 6,50 el millón
de BTU.- El año pasado le compramos a los chilenos a U$S 7 el millón de BTU.- Bolivia nos vende a U$S 3 el millón de BTU.-
Gran parte del país se siente calefaccionado gracias a la solidaridad
boliviana, no lo olvidemos.-
Tal
vez debamos decir con Víctor Ramos (La Guerra de las Palabras): “perdón
hermanos bolivianos si los hemos ofendido…gracias por habernos elegido”.-
Llegará un momento que en el planeta sólo habrá lugar para la
hostilidad guerrera o la hospitalidad solidaria
Decía
el filósofo anglo ghanés Kwame Anthony
Appiah, mencionado por Bauman, que debemos “tomar la mente y el corazón
formados a lo largo de los milenios en que vivimos en pequeñas comunidades, y
equipararlos con ideas e instituciones que nos permitan vivir juntos como la tribu global en que hemos devenido”.-
Debemos
repensar este país y este planeta.- Si es el aislamiento, la fortificación de
fronteras, la discriminación del género humano, el liderato de personas como
Trump, lo que nos salvará de la confrontación y la extinción, o es nuestra capacidad para vivir uno junto al
otro, en paz, solidaridad y cooperación mutuas.- Obvio, con reglas y
respetando las naturales diferencias.-
Lo
extraño nos produce temor, pero es hora que la humanidad se enfrente a sus verdaderos desafíos.-
Jorge Eduardo
Simonetti
*Los artículos de este
blog son de libre reproducción, a condición de citar su fuente
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu opinión