IGUALES Y DISTINTAS |
TEORÍA DE LOS TRES BOLSILLOS.- En el siglo XXI, los dos mayores países latinoamericanos, Argentina y Brasil, han tenido procesos
políticos y económicos similares.- Guardan, no obstante, algunas
diferencias que son importantes a la hora de definir el comportamiento de
los actores en cada uno de ellos.-
En
varias naciones del sur de la América, como Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil
y la Argentina, en los primeros años de la centuria se instalaron gobiernos de legítimo origen democrático,
pero que con mayor o menor intensidad respondieron a una común impronta política, calificada como socialismo siglo XXI desde el lado amigo y como populismo
demagogo del opuesto.- Redistribución de la renta a través del
reparto social, concentración del poder, discurso único, nacionalismo
ultramontano, auto rotulación de
izquierda.-
Desde
las variantes más vegetarianas, como la
brasileña, hasta las más crudas,
como la venezolana, los regímenes tuvieron su apogeo hacia el segundo y parte
del tercer lustro, siendo evidente su etapa descendente desde hacen ya algunos
años, en coincidencia con la caída de los precios mundiales de las materias
primas y del petróleo.-
Necesitan, para sostener su política de
reparto, ingentes recursos estatales.- El deterioro en los términos de
intercambio, fracturaron la columna vertebral de la caja gubernamental, la
desaparición del viento de cola mundial obligó a echar mano a la emisión
descontrolada, con su secuela de
inflación, crisis general y un
déficit fiscal gigantesco.-
Salvando
la situación extrema de los venezolanos, que continúan en terapia intensiva,
los gobiernos del Frente para la Victoria en la Argentina y del Partido de los
Trabajadores en Brasil, sufrieron la
consecuencia de la restricción de
recursos para financiar sus políticas de altísimo gasto.- La derrota
electoral en nuestro país, y el proceso de “impeachment” de Dilma en el otrora
poderoso país del BRICS, fueron el corolario preanunciado de un tiempo que está
llegando a su fin.-
Si hay una verdad palpable, que se ha
revelado con el sistema de “prueba y error”, es que en épocas de bonanza económica la corrupción de los gobernantes tiene
poca importancia para la gente, y viceversa.- A Dilma y Cristina les tocó
el tiempo del viceversa, en el que la venalidad oficial resalta como un faro en
la obscuridad de la crisis.-
Néstor y Lula fueron los precursores y
maestros todopoderosos del primer ciclo
de bonanza.- Aclamados por las masas, no escatimaron en utilizar generosas
proporciones de vanidad y dinero, para
sentirse como los númenes de una nueva época.- A Fernández de Kirchner y Rousseff, luego de un tiempo de meseta, les
tocó bailar con la más fea.- Vaya si
les fue difícil sostener, con mucho menos plata, el mismo discurso que sus antecesores.-
En
ambos casos, el matrimonio político generó la saga de la sucesión garantizada
(en el caso de los Kirchner, además, el matrimonio legal), con sueños de una
indefinida continuidad.- Pero los
tiempos mudan, las condiciones objetivas de la realidad también, obviamente
el humor social se asocia a los cambios .-
El FPV
fue derrotado electoralmente en nuestro país.- El gobierno del PT se
encuentra en casi seguro egreso del poder en Brasil, a raíz del juicio político
a la Presidenta, ya suspendida por el manejo de las cuentas fiscales.-
La corrupción
gubernamental fue la piedra de toque principal para el disloque casi definitivo del populismo regional.-
Con
una caja exhausta, los ojos de la gente se posaron en la deshonestidad del
régimen.- Hottesur, Los Sauces, el lavado de dinero, en un caso; el Lava Jato,
el mensalao y el petrolao, en el otro, son los puntos de contacto de una
actualidad judicial que parece recién comenzar.-
Sin
embargo, con ser situaciones sustancialmente identificadas, hay características disímiles que separan
cualitativa y cuantitativamente los patrones de corrupción en uno y otro caso.-
El
“mani pulite” brasileño adquiere
contornos decisivos a partir de la actuación
de sus jueces, obviamente facilitada por la “ley del arrepentido”.- La oposición política está comprometida
casi como el oficialismo en las actuaciones judiciales, tanto que, 32 de los 81
senadores y 164 de los 513 diputados, tienen procesos judiciales por causas
relacionadas con fraude a la administración pública.-
En
el caso argentino, el otrora oficialismo kirchnerista es casi
(valga el casi) protagonista exclusivo
de los casos de corrupción.- Las principales causas judiciales se iniciaron
por la investigación periodística (especialmente de Jorge Lanata), también por
denuncias de la oposición política.- Los
jueces no fueron a la cabeza sino a la rastra de los acontecimientos, y en
muchos casos, porque no decirlo, fueron el lastre que frenó el avance de los
procesos en tiempo y forma.-
En
la democracia, el dinero público debe ir a tres
bolsillos.- El sueldo del funcionario a su bolsillo privado, el financiamiento electoral al bolsillo partidario, el del presupuesto
estatal al bolsillo de las obras y
servicios públicos.- Los tres bolsillos, manejados generalmente por el
mismo funcionario electo, deben ser compartimentos estancos, absolutamente
aislados, no intercomunicados.-
De
allí, a su utilización indiscriminada hay un solo paso.- El funcionario
aprovecha el bolsillo de payaso del estado, y maneja los dineros como si fueran
propios o del partido al que representa.-
Aquí
también hay una diferencia sustancial entre los procesos de ambos países.- No se le ha acusado a Dilma de enriquecerse
personalmente a costa del estado, su patrimonio no ha progresado exponencialmente.-
El origen de los fondos ilícitos estuvo en los sobreprecios pagados por
Petrobras a los empresarios brasileños, que debían devolverlos en coimas, para
conformar la caja con que el PT oficialista sobornaba a la clase política.-
El
caso argentino es distinto.- Si bien
el sobreprecio de la obra pública era también su principal origen, un cúmulo de
abrumadoras pruebas indican que el
destino fueron los bolsillos privados de los mandatarios y funcionarios.-
De más está destacar que el progreso patrimonial de la cúpula argentina, en
blanco fue geométrico, en negro se intuye sideral.-
La
matriz criolla, en consecuencia, no financió el sostenimiento de un sistema
político corrupto como en Brasil, sino el enriquecimiento escandaloso de los
que ejercieron el poder.- Como se verá, un modelo más enraizado con la codicia
individual y familiar que con la política.-
Tal parece que en Brasil, mantenerse en el poder suponía la inversión principal
del dinero sucio, algo así como el “robo
para la causa”.- En Argentina,
en cambio, la consigna primordial pareciera que fue la del “robo para la bóveda”.-
Cuando
la izquierda ni soñaba con ser poder, se hablaba de la corrupción estructural
como propia de la genética del estado neoliberal.- Cuando desde la mera
protesta debieron pasar a la responsabilidad de gobierno, el autodenominado progresismo se reveló
con la voracidad del hambriento ante
los dineros del estado.-
Ahora,
sin los vientos favorables y la caja menguada, nos resta reencontrarnos con nuestra triste
realidad.- El dispendio siempre concluye
con un ajuste que paga la gente,
aunque la recuperación del dinero sustraído nos pueda dar una mejor sensación
para soportarlo.-
Jorge Eduardo Simonetti
*los artículos de este blog son de libre reproducción a condición de
citar su fuente
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