Saliendo del ámbito pulcro del deber
ser, nos preguntamos para que realmente sirve la política en el crudo terreno
de las realidades cotidianas.- ¿Sirve para solucionarle los problemas al
político o para solucionarle los problemas a la gente?
Si
es sólo para lo primero, la política
está bien como va, internas, candidaturas, pujas sectoriales, codazos para
entrar en la lista, proclama de adhesiones a Mauricio, Daniel o Sergio, en fin,
lo de siempre.-
Pero
si la intención es que sirva para lo otro también, como debería, son necesarios ideas, planes, propuestas,
planificación, estudio, capacitación, análisis, acuerdos mínimos.- Los
problemas de la comunidad no se solucionan con encendidos discursos ni buenas
intenciones.-
Y
esta introducción viene a cuento porque estamos en plena época electoral, y
pareciera que los candidatos no se dieran cuenta que además de sus propias
apetencias por ocupar los cargos en juego, existen problemas, problemas reales
de la gente, de la sociedad, y que ellos deberían ser los encargados de
resolverlos.- Mal lo podrán hacer si no saben de qué se trata, si no exponen
públicamente sus propuestas.-
Un
informe dado a conocer hace pocos días por el Ministerio de Educación de la
Nación, ha puesto en el tapete nuevamente uno de los temas clave en la vida de
toda comunidad: la calidad del aprendizaje de nuestros niños y jóvenes.- Una
frase gastada, pero no por ello menos cierta, dice que el futuro de un país
está en la educación de su pueblo.-
Meses
atrás, fueron divulgados a nivel mundial los resultados de las pruebas Pisa, de
evaluación a los alumnos secundarios, en la que la Argentina ocupó un
lamentable lugar 59° entre 64 países.-