EL FRACASO DE LAS PASO
“El elector goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que
eligieron otros”
(Ambrose Bierce, escritor
estadounidense)
El mito de la grandeza argentina, creado por las
elites patricias que dirigieron la modernización del país, con el tiempo se ha
corporizado en el núcleo de la cultura nacional.- La creencia general es que
somos un país especial signado por el altísimo para todo lo mejor o todo lo
peor.-
El supuesto
“enigma argentino” (Jorge, 2016), es una construcción no sólo criolla, también
se extendió al mundo: “El fracaso de la
Argentina como nación, es uno de los misterios políticos más grandes del siglo”,
decía en 1978 la revista británica “New Satesman”.-
La pregunta es si somos especiales en la política,
en la práctica democrática, en el nivel de las organizaciones partidarias, en
la impronta de la clase política, en una sociedad culturalmente democrática, o,
como en gran parte de la dirigencia, somos autócratas con disfraz democrático.-
La cultura de un país, se va construyendo históricamente
por la conjunción de valores que practica.- La cultura política tiene que ver
con ello, y la democracia, antes que un sistema político, es un valor social
que puede o no estar presente en el corazón del pueblo de una nación.-
De acuerdo a estudios académicos, las democracias
de baja calidad, surgidas a fines del siglo XX, constituyen un signo distintivo
del escenario mundial, en especial de América Latina, dónde sólo tres países
–Uruguay, Chile y Costa Rica-, califican como democracias “plenas”.-
La
democracia en Argentina es “híbrida”, mezcla en proporciones variables aspectos democráticos y no democráticos
¿Y cuál es el nivel democrático de la Argentina?
Estamos en el medio del ranking mundial, entre el grupo grande de las
democracias denominadas “híbridas”, que mezclan en proporciones variables
aspectos democráticos y no democráticos.-