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domingo, 5 de julio de 2015

SCIOLI ¿ES O SE HACE?

La gran “X” de la ecuación argentina
Una “incógnita” es algo desconocido, oculto,  un misterio, es algo que no se sabe.- A la par, genera el deseo irrefrenable de despejar el interrogante, conocer lo desconocido, descorrer el velo de lo oculto.-
                               También la “incógnita” es la expresión desconocida de una ecuación algebraica que se exhibe con una ”x”, es el dato que se precisa para conocer el resultado, o es el mismo resultado que debe obtenerse.-
                               Daniel Scioli, el ungido candidato presidencial del kirchnerismo, representa para todo el espectro político y social una “incógnita”, y a pesar que ha transitado por distintos cargos públicos desde hace más de quince años, tiene un costado que nadie alcanza a definir con precisión, a conocer con claridad.- No se trata ya de la evaluación de un aspecto de la personalidad de un individuo, sino de saber su verdadero pensamiento político, pero en especial sus reales intenciones si es que octubre lo beneficia.-
                               La gran “X” de la ecuación matemática de los argentinos se llama Daniel Scioli.- Si convertimos el escenario político nacional, metafóricamente, en una operación de números, tal vez nos permitiría tener más claro el panorama.-

                               2 + 2= x (dos más dos es igual a equis), dónde para la aritmética “x” es 4.- Conforme al razonamiento oficialista, 2 representa a Scioli gobernador kirchnerista; +(más) 2, Scioli candidato del Frente para la Victoria); la incógnita “x” debería ser matemáticamente “4”, y políticamente “Scioli  presidente kirchnerista”.- De tal manera, a partir del 10 de diciembre (si gana la elección) debería gobernar el país a través de los principios kirchneristas.-
En política, dos más dos no es siempre cuatro
                               Pero en política, dos más dos no es siempre cuatro.- Hay un gran sector de la población no kirchnerista, que tiene el secreto deseo que 2 +2 no sea 4, sino 5, es decir un resultado no matemático, una incógnita que se resuelva de manera antinatural y no cómo la ciencia exacta lo indica.- Son los que aguardan que luego del 10 de diciembre (siempre si octubre lo confirma) Scioli no gobierne con los principios más caros al kirchnerismo, sino de otra manera.-
                               La pregunta que surge a la mano: ¿es bueno o correcto que un candidato presidencial represente una “incógnita”?.- Sin dudas que a estas alturas, ningún político que aspira representar a la ciudadanía en un cargo público electivo debería serlo; muy por el contrario, su pensamiento y sus intenciones deberían ser tan trasparentes que podrían contárseles las costillas con sólo verlo.-
                               Sin embargo, con Scioli eso nunca es así, aunque el propio motonauta se esfuerce por torcer esa imagen.-
                               El gobernador bonaerense pareció siempre, y lo fue, sapo de otro pozo en el andamiaje kirchnerista.- Con un pensamiento más liberal y con un temperamento componedor, su impronta siempre se dio de bruces contra el estatismo entrecomillado del oficialismo y su dinámica confrontativa.-
                               Es cierto que en estos últimos tiempos, el casi imperturbable gobernador formula declaraciones de “fé kirchnerista” a quién quiera escucharlo, con alabanzas al gobierno y a la Cámpora.-
                               Sin embargo todos dudan de su sinceridad.- Barrunta la oposición acerca de una probable futura presidencia condicionada por el actual régimen, y duda también el oficialismo sobre su “lealtad” a Cristina a partir del 10 de diciembre.-
                               Obviamente, las dudas que habitan en cabezas opositoras y oficialistas, se pueden observar en la campaña electoral con absoluta claridad.-
                                Las primeras, intentan por todos los medios presentar una alternativa diferenciadora, en la que se destaca claramente Mauricio Macri como el contendor con propuestas más diferenciales y con mayores posibilidades de disputarle palmo a palmo el sillón de Rivadavia.-
Otra “vuelta de campana” del kirchnerismo
                               Cristina, no pudo zafar de la candidatura del gobernador bonaerense, que se visualizaba como probable desde hace más de un año.- No fue problema convencer a la tropa para la “vuelta de campana” respectiva, ya estaban duchos cuando el papado de Jorge Bergoglio.-  Pero, por si las moscas,  intenta condicionar su posible futura presidencia con el llenado de casilleros por parte de los más fieles.- Zanini, el flamante candidato a Vicepresidente, es una prueba de ello, un personaje de poco peso político, pero absolutamente identificado con la familia presidencial y con una cuota de habilidad y maquiavelismo, que supondrá un cancerbero mucho más eficiente y peligroso que Mariotto.-
Las fortalezas ocultas de Scioli
                               Sin embargo, hay dos cuestiones que están agazapadas detrás de ese exasperante y monocorde discurso componedor del otrora deportista, cuya importancia no debe subestimarse.-
                               La primera, el hecho que no es un candidato “fabricado” a dedo por Cristina.- Su trayectoria inoxidable, siempre lo tuvo casi al margen de las desventuras, manteniendo un caudal de intención de voto y buena imagen muy superior al resto del arco político, incluyendo a la presidenta.- Entonces, Scioli tiene los méritos y la enjundia para ser candidato por derecho propio, lo que no es buen dato para el kirchnerismo, que lo quiere hacer jugar de peón de la reina.-
                               Lo segundo, su temperamento.- Esa increíble capacidad “tragasapos” de la que hizo gala muchísimas veces, esa imperturbabilidad casi blindada, esa estrategia de nunca presentar batalla franca,  ese notable método de no hacer jamás una afirmación comprobable o refutable en nada, antes que una debilidad representa su fortaleza.- Ha navegado en todas las aguas, como buen motonauta, en las más borrascosas o en las de calma chicha, siempre a flote, sin sacar la vista del horizonte.-
¿Podrá “la vaca volverse toro?”
                               No olvidar que cuando estuvo en las escalas inferiores del mando, supo sobrellevar estoicamente los destratos; ahora con el poder de la “lapicera”, probablemente ni Zanini pueda torcer la sentencia bíblica, “Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra”, o cómo decimos en criollo “guarda, que la vaca no se les vuelva toro”.-
                               Mientras tanto, lo que puede ser bueno para Scioli en su camino a intentar lograr la presidencia, no lo es para la ciudadanía en general.- La peor característica de un político es representar una “incógnita”, y es lo que hoy representa el candidato del Frente para la Victoria, para propios y extraños.-
                               De cualquier modo, si nos atenemos a lo que significan las fuerzas electorales en pugna, independientemente del temperamento de sus candidatos, deberíamos saber, para decidir nuestro voto, que Daniel Scioli formalmente es la continuidad del modelo, es decir de una gestión de confrontación, autoritarismo, estatismo creciente, economía subsidiada, justicia asediada por el poder político, derechos humanos de amigos.-  O no? Mmmm!!!
                               En nuestra Provincia, no sólo cuenta con el apoyo de los integrantes de la estructura política que lo llevará como estandarte, el Frente para la Victoria.- Otros apoyos vinieron de lugares casi inesperados, celestes y naranjas  correntinos lo llevarán en sus boletas.- En algún caso, ¿tendrá algo que ver la coincidencia de colores? ¿O habrán profundas coincidencias programáticas que aún no se han explicitado?
                               Me parece que, todavía por un tiempo, no sabremos si Scioli ¿es o se hace el kirchnerista?

                                              Jorge Eduardo Simonetti

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